El presidente paquistaní, general Pervez Musharraf, afirmó ayer que el terremoto que sacudió Cachemira ofrece una “oportunidad para la paz” a la India y Pakistán, dos países enfrentados durante toda su historia.

La India y Pakistán acordaron abrir en cinco puntos la Línea de control, divisoria provisional que separa sus territorios en Cachemira, para permitir que la población de ambos lados cruce a pie de un territorio a otro para asistir a sus familiares.

Islamabad, sin embargo, negó se permita que personal del Ejército indio atraviese la divisoria para participar en las operaciones de rescate.

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Un mes después del sismo, el próximo 7 de noviembre, se abrirá al tránsito peatonal que divide las zonas de Cachemira por primera vez desde que ese territorio es disputado por los dos tradicionales enemigos.

En cualquier caso, se trata de un auténtico hito en las relaciones entre las dos potencias nucleares del Sur de Asia, que han librado tres guerras desde su independencia del Imperio británico en 1947, dos de ellas por el control de Cachemira.

El acuerdo fue logrado la madrugada de ayer en Islamabad, horas después de que un ataque coordinado en mercadillos abarrotados de Nueva Delhi causasen 61 muertos y casi 200 heridos.

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Un grupo desconocido llamado Inquilab (revolución) reivindicó ayer la autoría de las tres explosiones.