El evento en sus primeros años se efectuó en el casco central, pero esto provocaba caos vehicular.

A inicios del siglo pasado comenzó la Feria de Finados en las calles de Ambato, que tuvo como objetivo destacar la artesanía en hojalata, madera y barro.

En los últimos años este evento acogió otras actividades y ahora los visitantes pueden admirar productos artesanales, mercadería en general y saborear comida típica.

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La Feria de Finados se inició el pasado viernes y se prolongará hasta el próximo domingo. Hay dos eventos paralelos: en las avenidas Los Chasquis y Pichincha Alta, con una variedad de productos en 1.900 puestos, y en el Centro de Exposiciones Proambato, vía a la parroquia Picaihua al oriente de la urbe, en cuyo interior y exterior se ubican 550 locales.

Según Vicente Pérez, director del Departamento de Servicios Públicos Municipales, el 40% de los puestos son ocupados por artesanos, no solo en hojalata, madera y barro, sino también en mazapán, cuero, chaquira, muñecos de trapo, cerámicas, chonta y balsa.

Los expositores provienen de Cañar, Cuenca, Imbabura, Esmeraldas y Guayas.

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Edwin Sánchez, gerente del Centro de Exposiciones Proambato, destacó que  en el recinto hay presencia de artesanos, así como comerciantes de mercadería provenientes de Loja, Cuenca e Ibarra, Otavalo, Guayaquil, Quito, e incluso de Perú, Colombia, México y Venezuela.

Leonor Méndez, 66 años, llegó desde Cuenca con sus productos de barro. Acude a la Feria de Finados desde hace treinta años. “Siempre me ha ido bien porque el barro es muy llamativo, por eso nunca falto”, acotó.

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FERIADO

TRANSPORTE
Los buses urbanos que se dirigen a las ferias se cogen en el centro de la ciudad. El pasaje cuesta 80 centavos de dólar.

ATENCIÓN
La  atención es de 10h00 a 22h00. Los asistentes podrán disfrutar de espectáculos musicales y desfile de modas.

PRESENCIA
Se  estima que cada día acuden a las dos ferias entre 8.000 y 10.000 visitantes y para garantizar su seguridad se prohibió la venta de bebidas alcohólicas.