Bush ha sido severamente criticado por tardar en enviar equipos, personal y recursos a las regiones afectadas por el huracán Katrina en agosto, lo que le valió incluso acusaciones de racismo. Además los recursos para reparar los diques que protejen a Nueva Orleans fueron desviados para la guerra en Iraq.

El huracán Wilma en Florida mostró trabas burocráticas en distribuir provisiones y dejó en entredicho la imagen de eficiencia de EE.UU. por daños a la red eléctrica, que al contrario de Europa o Latinoamérica, están en el aire y no subterráneos.