Con un vaso de cerveza Luis Alberto Vega ahogaba sus penas mientras esperaba ayer el cuerpo de su hijo en las afueras del departamento Médico Legal de la Policía.

Cristian Vega Lara (20 años)  fue asesinado en horas de la mañana del pasado viernes con un disparo en la cabeza, cuando dos delincuentes asaltaron el bus de la línea 35, donde Vega Lara laboraba desde hace dos años como chofer.

El padre de la víctima comentó que, según versiones de los pasajeros que viajaban aquel día en la línea de transporte, dos delincuentes abordaron el bus en la vía Perimetral, cerca de  una estación de combustible, y bajo amenazas desvalijaron a los usuarios, mientras que a su hijo le quisieron arrebatar la caja donde tenía el dinero del cobro de los pasajes.

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Este acto fue impedido por la víctima a quienes los delincuentes le dispararon en la cabeza.

“Mi hijo no se quiso dejar robar porque a él después el dueño del bus le cobraba lo que se le habían llevado; de todas maneras estos delincuentes le robaron el dinero de la caja y me dejaron sin hijo”, dijo con voz entrecortada y lágrimas el padre del joven asesinado.

Vega Lara dejó en la orfandad a dos niños de un año y de cuatro meses de edad. “Por culpa de estos maleantes esos niños no van a poder tener la dicha de conocer a su padre”.

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Por robarle bicicleta
Carlos Intriago Burgos, de 18 años, fue baleado por varios delincuentes que lo despojaron de su bicicleta.

Según sus familiares y amigos que ayer se acercaron al departamento Médico Legal de la Policía a retirar el cuerpo, el hecho se produjo a las 17h00 del viernes pasado en la ciudadela Floresta 3, cuando Intriago Burgos y un amigo de estudios fueron a comprar entradas en una casa del sector para una fiesta de Halloween.

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La víctima fue interceptada por varios pillos, quienes tras robarle su bicicleta le dispararon dos veces en el cuerpo, mientras que su acompañante pudo escapar.

“Él era un buen amigo, no tenía problemas con nadie”, dijeron sus allegados.