La propuesta del presidente Alfredo Palacio de convocar a una consulta popular que permita la instauración de una Asamblea Constituyente ha sumado el apoyo de varios sectores sociales que anuncian movilizaciones.

La Asamblea de los Pueblo del Ecuador, un foro social promovido por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), informó hoy que el próximo martes efectuarán una manifestación frente al Parlamento, cuya mayoría de diputados se opone a la Constituyente del Gobierno.

Los grupos sociales celebrarán ese día una Pambamesa, una comida comunitaria que los indígenas suelen efectuar en los cementerios por el Día de los Difuntos.
Según un comunicado de la Conaie, la Pambamesa consistirá en la elaboración de la tradicional "colada morada", un jugo dulce, hecho con mora, mortiño (una variedad de fruta andina) y otras especias.

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La "colada morada" se compartirá con los asistentes a la manifestación pacífica, en la que se discutirán los alcances de la Asamblea Constituyente, así como las posibles implicaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), que Ecuador, Colombia y Perú negocian con Estados Unidos.

"La Asamblea de los Pueblos y Organizaciones Sociales del Ecuador ratifica su apoyo a la convocatoria de una consulta popular (propuesta por el Ejecutivo) con una sola pregunta, que permitiría autorizar o negar una Asamblea Constituyente" con plenos poderes, señala el comunicado de esa organización.

Los grupos sociales exigen que la Asamblea Constituyente se forme con una "amplia participación popular" y aseguran que estarán atentos a las "decisiones del Gobierno y del Congreso nacional", que mantienen una pugna por la iniciativa.

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Las federación de estudiantes, las asociaciones de jubilados, los sindicatos, varios grupos campesinos, organizaciones sociales y algunos gremios de profesionales han respaldado la propuesta del Ejecutivo que, según el presidente Palacio, es "irreversible".

Los congresistas y varios partidos políticos tradicionales han criticado la propuesta, pues temen que si la población aprueba la instauración de una Asamblea Constituyente, que elaborará una nueva Carta Magna, ésta pueda disolver el Parlamento y al propio Gobierno.

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El Parlamento pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA) que medie en el conflicto con el Ejecutivo, pese a que el Gobierno estima que no cabe una "intervención" del organismo interamericano.

Los legisladores también han arremetido contra los sectores sociales, que exigen "que se vayan todos" los diputados del Parlamento, y han pedido al Ministerio Público que investigue a varios dirigentes que promueven las manifestaciones contra la Cámara.

El apelativo de "ratas", que han usado los manifestantes contra los diputados, ha sido rechazado por los congresistas, que plantean la instauración de una Asamblea Constitucional, con escasos poderes para reformar algunos aspectos de la Carta Magna.