Beatriz Albán prefiere agarrar a su adversario de frente y por los cuernos. Tal como lo haría  un matador. Levanta la voz para dejar por sentado lo que rechaza y lo que, por estos días, ha ocupado su agenda:  las corridas. Y menos en Guayaquil. Como directora ejecutiva de la  Fundación Protectora de Animales (FPA) ha liderado una contienda en contra de la Feria Taurina. Su amor por los animales puede resultar exagerado para muchos. Incluso suele asustar: “Puedo ayudar a un niño, pero al animal me lo llevo a la casa”. Y sí. Vive entre 35 gatos y 2 perros. Es su opción. 

P: ¿Cómo hace para vivir con tantos gatos?
R: Esta una maternidad. Las gatitas callejeras vienen a parir. Una vez que pare, sacamos a los gatitos en adopción, pero alguno se queda.  Ese gatito plomo se llama Mochito. 

P: ¿Era de las niñas que lloraba si se moría un animal?
R: Por supuesto. Se convierte en parte de la familia. Puede ser tu hermano o tu hijo. Mi gata me acompañó 15 años. ¡Cómo no voy a sentir su pérdida!

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P: Pero, ¿no es perder la perspectiva?
R:  No, aunque hay gente que piensa que exageramos.

P: Tiene muchos gatos negros. 
R:  Y no traen mala suerte, pero los toreros le tienen miedo. Son superticiosos.
 
P: Entonces el sábado se aparecerá con uno de esos. 
R: Ojalá pudiera, pero es un animal muy nervioso. Los toreros son racistas. 

P: ¿Y cómo sabe?
R: No soportan que los toque una persona de color. Es parte de la tradición torera. Que yo sepa no hay toreros negros. A Richard Barker le quiero decir “hermano, dale un abrazo a Albán”.

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P: ¿Qué pasa si la feria se llena y la gente sale contenta?
R: Los proteccionistas no nos damos por vencidos. El voluntario es aquel que está dispuesto a morir por su causa. 

P: El torero también dice eso. Tienen algo en común.
R: El torero se llena la boca diciendo que se juega la vida, pero se enfrentan a un animal disminuido.

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P: En un camal pueden matar peor al animal.
R:  No conozco el camal, no puedo dar fe sobre aquello. Se supone que se tienen que ir tecnificando.

P: ¿Pero no debería también dar un vistazo?
R: En el campo de la protección a los animales hay miles de cosas por hacer. No es que no nos importa,  no hay suficiente tiempo ni manos. 

P: ¿Y la gente que come animales?
R:  Hay gente que mata a la gallina en su casa para comer, pero la familia no se reúne para ver cómo se la mata. Al toro no lo matan para comer, lo matan para divertirse. 

P:  Algunos grupos defensores de animales son cuestionados porque prefieren ayudar a un animal y no a las personas. 
R:  Ninguna de las personas que nos dicen por qué no nos preocupamos por los niños o los viejos hacen nada por nadie. Yo esocogí a los animales, es mi opción.

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P:  ¿Pero ayudaría a las personas?
R:     En Machala cogí comida para los perros y me cuestionaron. Alguien me dijo “atrás hay un niño con hambre”.  Yo enseguida dije: “¿Por qué no le das tú? Yo estoy cogiendo para el perro, recoge tú para el niño.

P:  ¿Pero si ve a un niño no lo ayuda?
R:    Sí lo ayudo, pero no los traigo a mi casa. Si veo a un gato, sí. Es mi opción.

P:  ¿Por qué en Guayaquil se hacen causas por los toros y no por otras de mayor trascendencia?
R: A los guayaquileños la madera de guerrero se les ha apolillado un poco. Si un grupo de ciudadanos se bajó a un presidente, por qué  un grupo de guayaquileños no podemos impedir -por ahora- una feria. Es un comienzo.

P:    Es una coincidencia que a quien critica lleve su mismo apellido. ¿No son parientes?
R:  No. No sé si por suerte. Y si fuéramos, hasta en las mejores familias pasa. 

P:   ¿Y no ha hablado con él?
R:  No lo conozco. Intentamos que hubiera un Albán versus Albán, pero resulta que lo estamos ayudando a hacerse conocer. 

P: ¿Usted es de las que piensan que mientras más conoce a los hombres, más quiere a los animales?
R:Definitivamente. Y no me  gustan los insultos que los involucran. “Entra pateando al perro”. Las usamos sin conciencia, hay que desterrarlas. Hasta “perra” a las mujeres. Gracias a dios no utilizan a los gatos.

P: ¿Y aparte de sus animales con quién vive?
R: Vivo sola. Mis gatos no viven conmigo, yo vivo con ellos porque son mayoría. 
P: ¿Los animales siempre han sido su compañía?
R:  Sí, yo diría que sí. 

P:  ¿No ha necesitado compañía humana?
R: No confundamos. Yo soy soltera, pero no es que escogí a los gatos en reemplazo. Con o sin gatos, ese fue mi camino, mi opción.  Si me hubiera casado, igualito habría 35 gatos y 5 niños. 

P:  Y tenían que aceptarlo.
R:  Sí y yo se los digo a los jóvenes. Cuando duerma con un animal racional,  el hombre, va a saber que en la cama  somos tres. Él, yo y un gato. Aunque sea en los pies.