“La mano derecha” del Vicepresidente de EE.UU. enfrenta una posible condena de 30 años por 5 cargos.
Lewis Scooter Libby, asesor del vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, renunció ayer después de haber sido acusado de obstruir la justicia, formular una declaración falsa y de perjurio en el caso de la filtración, a la prensa, del nombre de una agente encubierta de la CIA.
Este caso, que ya se lo considera un escándalo debido a sus implicaciones, compromete al presidente George W. Bush, quien además enfrenta críticas por la tardía reacción para contrarrestar los daños que dejó el huracán Wilma en la Florida.
Publicidad
El balance de soldados muertos en Iraq excedió los 2.000 esta semana, y el índice de aprobación de Bush es el más bajo desde que asumió, en el 2001.
Las acusaciones a Libby se dieron tras dos años de pesquisas del fiscal Patrick Fitzgerald.
El gobierno de George W. Bush sufrió ayer un revés sin precedentes en su mandato con la inculpación del jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, en el caso de filtración del nombre de una agente secreta, al parecer para acallar a su esposo, crítico de la guerra en Iraq.
Publicidad
Lewis Scooter Libby fue procesado por mentir y obstruir la pesquisa en el caso de Valerie Plame, la agente encubierta de la CIA cuyo nombre fue filtrado ilegalmente a la prensa, presuntamente para desacreditar a su esposo, el ex embajador Joseph Wilson, por cuestionar públicamente los argumentos que llevaron a la guerra de Iraq.
Después de conocer el fallo del jurado investigador federal, Libby renunció a su cargo en la Casa Blanca para impugnar los cinco cargos con los que fue inculpado: uno de obstrucción de la justicia, dos de falso testimonio y otros dos de perjurio.
Publicidad
Cheney dijo aceptar con pena su renuncia. “Libby me ha informado que renunció para impugnar los cargos en su contra. He aceptado su decisión con profunda pena”, informó en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
La acusación federal ocurre tras dos años de investigación conducida por el fiscal Patrick Fitzgerald y que podría involucrar incluso al propio Cheney. Según el diario The New York Times, fue el Vicepresidente quien informó a Libby sobre la identidad de Plame.
En Estados Unidos revelar la identidad de un agente de inteligencia constituye un crimen federal.
El asunto condujo a la oposición a cuestionar nuevamente los argumentos para ir a la guerra en Iraq, iniciativa cada vez más impopular entre los estadounidenses, según los sondeos. Ayer el Partido Demócrata exigió que Bush haga una declaración pública sobre este escándalo.
Publicidad
“El pueblo estadounidense merece que el presidente Bush responda directamente sobre el papel que sus consejeros jugaron en la manipulación de la información operada para asegurarse el respaldo a la guerra en Iraq, en la orquestación de esfuerzos para calumniar a los opositores a la guerra y para acallar el asunto”, declaró la directora de comunicaciones del partido, Karen Finney.
Otro implicado
El otro alto funcionario involucrado en el caso Plame es el principal estratega político del presidente Bush, Karl Rove. El fiscal Fitzgerald dijo que no decidió aún si lo inculpará, pero continuará investigándolo, dijo ayer el abogado de Rove, Robert Luskin, en un comunicado.
Libby, considerado la mano derecha del vicepresidente Dick Cheney, enfrenta una posible condena máxima de 30 años en prisión y una multa máxima por 1,25 millones de dólares si es hallado culpable de los cinco cargos.
El fiscal Fitzgerald indicó en una declaración de ayer que Libby fue inculpado “por presuntamente haber mentido sobre cuándo y dónde en el 2003 se enteró y a continuación divulgó a periodistas la información clasificada vinculada al empleo de Valerie Wilson en la Agencia Central de Inteligencia (CIA)”.
Y prosiguió: “Los cargos suponen que Libby mintió a los agentes del FBI que lo interrogaron el 14 de octubre y el 26 de noviembre del 2003, cometió perjurio cuando testificó bajo juramento ante el gran jurado el 5 de marzo y 24 de marzo del 2004 y obstruyó la justicia al dificultar la investigación del gran jurado sobre la filtración no autorizada de la pertenencia de Valerie Plame a la CIA a varios reporteros en la primavera del 2003”, expresó el fiscal.
Fitzgerald agregó que “cuando los ciudadanos testifican ante los jurados investigadores deben decir la verdad. Sin la verdad nuestro sistema de justicia criminal no puede servir a nuestra nación o ciudadanos”, comentó.
“La exigencia de decir la verdad se aplica igualmente a todos los ciudadanos, incluyendo a personas en altos cargos del Gobierno”, manifestó.
La periodista Miller
En este caso también está involucrada la periodista Judith Miller, del The New York Times, quien fue detenida y luego liberada por no revelar el nombre de su fuente informativa.
Miller probablemente estará entre los testigos del juicio al igual que los periodistas Tim Russert de la cadena NBC y Matt Cooper de la revista Time. Todos ellos declararon ya ante el jurado investigador que formuló el encausamiento de Libby.
LAS ETAPAS
Febrero del 2002
A pedido de la CIA, el ex embajador Joseph Wilson viaja a Níger para investigar un presunto tráfico de material nuclear con Iraq, debido a “dudas planteadas por la oficina del vicepresidente Dick Cheney”, según Wilson.
6 de julio del 2003
Joseph Wilson publica en el diario The New York Times un editorial en el que señala que EE.UU. fue a la guerra en Iraq basado en pretextos falsos.
14 de julio del 2003
El editorialista Robert Novak revela en varios diarios que la esposa de Wilson, Valerie Plame, es agente de la CIA y cita como fuente a “dos altos funcionarios” de Bush.
Diciembre del 2003
El fiscal Patrick Fitzgerald debe determinar quiénes delataron a Plame a la prensa, porque en EE.UU divulgar la identidad de un agente es delito.
12 de agosto del 2004
La periodista del diario The New York Times, Judith Miller, que nunca publicó nada sobre el caso, es citada a declarar.
15 de febrenro del 2005
La Justicia ordena encarcelar a los periodistas Matthew Cooper y a Miller por negarse a revelar sus fuentes. El 6 de julio Miller es arrestada por negarse a revelarlas. El 30 de septiembre sale libre. El 14 de octubre Karl Rove declara por cuarta vez ante el gran jurado.