Tras alumbrar a su primogénito Britney Spears se encuentra sumida en una seria depresión, según  revelan varios sitios de internet. Uno de ellos, www.labotana.com, asegura incluso que la artista estadounidense desahoga sus frustraciones en el alcohol.

A su depresión posparto se agrega la indiferencia de su esposo, Kevin Federline, y su baja autoestima, pues se siente gorda y sin motivaciones, razón por la cual llora por cualquier cosa, señala la web que cita a la revista Caras, donde una fuente inidentificada dice que “solo se relaja cuando toma un par de copas”. 

Agrega que la crisis conyugal de Spears y Federline es tal que la pareja ha pensado en separarse y que ella no le augura triunfos musicales a su esposo, quien graba un disco.