No estoy de acuerdo con esta mal llamada “Fiesta Brava”, porque no es más que una barbarie para desahogar sentimientos de frustración contra indefensos animales.

Estas “fiestas” eran tradicionales de la época romana, en la cual sacrificaban vidas humanas y de animales haciéndolas luchar entre sí en forma casi siempre desigual; por ejemplo, leones con humanos. En el caso de la “Fiesta Brava”, el toro se presenta indefenso por las heridas provocadas con antelación por el picador y los banderilleros, disminuido en su fuerza ante un “valiente” torero que se presenta con poses y pasos, para acabar de matar a un toro que ya está casi muerto.

Psc. Patricia Guerrero Paz y Miño
Guayaquil

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Con satisfacción veo las marchas que gente sensible a la vida está realizando en Guayaquil en contra de que se hagan corridas de toros en esa ciudad tan linda del país, la cual ha progresado en casi todos los aspectos; digo casi todos, porque si aún desean presentar ese tipo de espectáculos, les falta progresar en algo. Me uno a los que rechazan el brutal espectáculo en contra de los animales. Si usted es de las personas que gustan de las corridas de toros, la respeto, pero no comparto.

Germán Guaranga
Riobamba

¿Cómo es posible que en nuestra época pueda permitirse la tortura y muerte a un indefenso animal por simple diversión, disfrazada de “arte” para justificar un despiadado comportamiento? Si es por habilidad técnica, hay tantos “artistas” en las cárceles que merecerían el reconocimiento.

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No se trata de que si es o no es una vieja tradición nuestra, por suerte muchas, en todo el mundo, ya pertenecen a la historia. Los seres humanos tenemos, por naturaleza,que evolucionar, y esa atrocidad que solo puede ser disfrutada por “mentes selectas”, y es en contra de ellas, y por nuestros hijos, mi protesta, pues somos miles los que queremos para ellos un futuro donde no sea aplaudida la perversión y donde la soberbia y arrogancia dejen de tener espacio.

Arq. Ileana Ceballos Herrera
Guayaquil

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El hombre no es creador ni dueño de la vida. Los animales, por tener autonomía, personalidad, conciencia de sí mismos y de su entorno, por sentir placer y dolor, por comunicarse, por tener memoria, por su capacidad de aprendizaje son merecedores de similares derechos disfrutados por los seres humanos. En reconocimiento de esos derechos el 15 de octubre de 1978 fue aprobada la Proclamación de los Derechos de los Animales por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En referencia a la pretendida corrida de toros que se desea realizar en Guayaquil, atenta contra los Derechos de los Animales e induce al buen guayaquileño a irrespetarlos, así como a irrespetar los Derechos Humanos también.  Guayaquil, siempre libérrima y progresista debe ser la primera ciudad del Ecuador en hacer respetar estos derechos, no solamente contra las corridas de toros, sino contra las peleas de gallos, de perros, entre otros.

Ab. José Pesantes Saona
Guayaquil