El presidente Bush tiene otro frente ante la tardía reacción para solucionar la ausencia de servicios básicos y víveres en la Florida luego del paso del ciclón.

Miles de residentes de la Florida ayer mostraron desesperación ante la falta de una rápida reacción por parte del gobierno de George W. Bush para enfrentar los estragos que causó el huracán Wilma.
Ayer, habitantes de Miami y otras ciudades formaron filas hasta por siete horas para obtener agua o hielo. En otros casos la espera fue para conseguir gasolina.

Seis millones de pobladores están sin electricidad mientras escasean los alimentos y aumentan los accidentes de tránsito.  Bush  visitará hoy la Florida.

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LOS VUELOS SE NORMALIZARON
El aeropuerto internacional de Miami y otros aledaños reanudaron ayer sus vuelos tanto nacionales e internacionales. Las aerolíneas que cubren rutas entre Miami con Quito y Guayaquil informaron que estas retomaron su flujo.

El sureste de Florida entró ayer en su tercer día sin electricidad y con desesperados residentes que comienzan a perder la paciencia porque no han recibido artículos de primera necesidad que el Gobierno prometió para lidiar con los efectos del huracán Wilma.

Por toda la costa este, desde Miami hacia el norte hasta West Palm Beach, decenas de miles de personas salieron a las calles en busca de agua, hielo, gasolina y alimentos que los ayuden a sobrellevar la falta de electricidad, que todavía afecta a 2,8 millones y medio de casas y comercios, o a casi seis millones de personas.

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Wilma, que entró el pasado lunes y salió en menos de 12 horas de Florida, dejó pérdidas calculadas hasta en 10.000 millones de dólares.

Al menos nueve personas murieron en el estado a causa de Wilma, ya sea por su impacto o por accidentes de tránsito por restos en las vías.

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Más de 70 puntos de distribución de agua, hielo y alimentos habían sido abiertos en todo el estado, según el gobernador Jeb Bush, y durante los próximos días debían aumentar a más de 80.

Sin embargo, muchos no funcionaron el pasado martes como estaba previsto, y las provisiones se estaban acabando ayer, lo que provocó quejas de funcionarios y residentes y críticas al gobierno estatal y federal, especialmente a la agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), duramente criticada por su lentitud al responder al huracán Katrina en Nueva Orleans en agosto pasado.

Personas que buscan las provisiones no tienen dinero para abastecerse con víveres y en poco más de un año han hecho frente a ocho huracanes y a los gastos que ello conlleva.

Miles de edificios y casas resultaron dañados en una extensa área, pero no se registraron grandes destrucciones como las dejadas por Andrew en 1992. En los Cayos hubo grandes inundaciones por la marejada ciclónica, pero ayer volvían a la normalidad.

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