El hotel Palestina, uno de los sitios afectados, sufre seguidos percances y la mayoría de la prensa se aloja allí.

Tres atentados con coches bomba casi consecutivos mataron a 17 personas y causaron heridas a otras 22 en una céntrica plaza de Bagdad donde se encuentran varios hoteles ocupados por contratistas y periodistas extranjeros.

Las explosiones fueron perpetradas por terroristas suicidas con tres carros que estallaron de forma simultánea a las 17h25 (09h25 locales).

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Una densa columna de humo fue visible desde cualquier lugar del centro de la ciudad.
Las fuentes aseguraron que entre los fallecidos hay dos miembros de la seguridad del hotel Palestina, cuya segunda planta quedó prácticamente derruida por la explosión.

Indicaron que los tres atentados los perpetraron conductores suicidas que destruyeron diez vehículos estacionados en la plaza y vidrios de más de veinte comercios.

Las ventanas de los hoteles Sheraton y Palestina se vinieron abajo debido a que la segunda explosión la causó una hormigonera con explosivos.

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La primera explosión la produjo un carro bomba que estalló frente a la sede del Ministerio de Agricultura, cuya parte trasera linda con el hotel Al Sadir Novotel.

El segundo ataque lo causó el suicida en la hormigonera, que explotó cerca al muro del hotel Sheraton.

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La tercera bomba explotó en la entrada del hotel Palestina, en la plaza de Al-Fardus. El hotel Palestina fue, y sigue siendo, el alojamiento de la mayoría de la prensa extranjera acreditada en Bagdad.

El triple atentado de ayer se produjo en un periodo en el que hay en Iraq más periodistas extranjeros de lo habitual, desplazados para seguir el referéndum del pasado sábado 15 y el juicio contra el depuesto dictador iraquí Saddam Hussein.

Varios atentados e incidentes han ocurrido en este lugar, el más grave sucedió el 8 de abril del 2003, cuando un tanque de Estados Unidos disparó al hotel Palestina y mató a dos camarógrafos, el español José Couso y el ucraniano Taras Protsyuk. Por el primero, España la semana pasada emitió una orden de captura contra soldados estadounidenses.

Una fuente de la seguridad iraquí informó que “se evitó una catástrofe por muy poco”, pues el balance del triple atentado suicida hubiera sido mayor si el camión cementero suicida  hubiera llegado al Sheraton uno de los dos hoteles a los que se dirigía.
  

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