Desde el domingo pasado el flujo de lava se mantiene hacia el interior de la caldera del volcán Sierra Negra y en menos de 24 horas se ha dispersado hacia el lado oriental de ella y ocupa su 20%.

Así lo indicó ayer Hugo Yépez, director de Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, después de reunirse con el vulcanólogo Minard Hall, que el domingo pasado realizó una inspección cerca del volcán.

Yépez aseguró que no hay riesgo para las viviendas que están en las faldas del Sierra Negra, ni para los habitantes de Puerto Villamil, ya que no hay desarrollo de la fisura que se ha abierto para que fluya la lava, y está saliendo con dirección Este-Oeste y va hacia el Norte de la caldera.

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“Para que llegue a la población tendría que abrirse otra fisura en esa dirección”, indicó Yépez.

Agregó que la lava es lanzada a 200 metros hacia arriba, pero cae en la caldera. “La actividad en el volcán no tiene indicios de que va a aumentar, pero sí durará varias semanas, antes de que salga todo el gas que hay”, añadió.

En cuanto a la posibilidad de que se presente un nuevo sismo, dijo que el que hubo antes de la erupción se dio cuando se abrió la fisura y que si hay otro será porque surge una nueva.

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Yépez anunció que mañana irá a Isabela con un  equipo de una universidad de Estados Unidos para continuar con la inspección. Dijo que el sismógrafo que tienen colocado en el volcán está muy cerca de la zona de erupción y no se lo puede retirar para repararlo.

Recomendó que quienes vayan a observar la erupción lo hagan con cuidado.