En escuelas de Chunchi  y sectores aledaños,  hasta 7 de cada 10  alumnos tienen a sus padres fuera del país.

Una investigación que realizó el Municipio de Chunchi, provincia de Chimborazo, revela que en algunas de sus escuelas siete de cada diez estudiantes están sin sus padres porque estos han emigrado del país.

El estudio concluyó que por la emigración hay una masiva deserción escolar y el olvido de los padres es otro  problema de esos menores.

En la escuela fiscal Cuatro de Julio, de la parroquia Toctezinín, el 51,4% de los alumnos vive sin sus padres porque emigraron a EE.UU., España e Italia. En otros planteles el porcentaje es superior.

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Las reducidas aulas de la escuela fiscal mixta Cuatro de Julio, ubicada en la parroquia Toctezinín cerca de la cabecera cantonal de Chunchi, resultan cada vez más grandes ante la continua disminución de  estudiantes por la deserción escolar debido a la emigración.

Al plantel dirigido por dos profesores asisten 60 niños, veinte menos respecto al año pasado, indica el maestro Danny Garrido.

De los 60 alumnos, 40, el 70%, no viven con sus padres porque emigraron a Estados Unidos, España e Italia.

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El impacto de la migración en esta parroquia en donde la población no cuenta con infraestructura básica y los índices de pobreza superan el 95%, se refleja en una encuesta realizada por la Municipalidad en ese cantón, entre  enero y marzo pasado, a 603 estudiantes de seis planteles, tres primarios y tres secundarios.

Los resultados revelaron que del total de estudiantes encuestados (310), el 51.4% dijo tener a sus padres en el exterior y que vive al cuidado de familiares o vecinos. En otros planteles el porcentaje es superior al 60%.

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La encuesta que realizaron el Municipio local, Instituto del Niño y la Familia (Innfa), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y Movilidad Humana de la Diócesis, entre otros, es parte de un plan para afrontar el fenómeno migratorio con un plan dirigido a hijos de migrantes.

Los indicadores  sobre migración son alarmantes, según el Municipio local.

Una población con  64% de desnutrición crónica en los niños, el estado de abandono de los menores porque más del 90% de los habitantes tiene un familiar que ha emigrado, problemas en el aprendizaje escolar, casos de niñas abusadas sexualmente y violadas, en particular en la zona rural, y embarazos tempranos que solo entre enero y julio de  este año se detectaron  352 casos, de los cuales el 15% corresponde a menores de 18 años.

Estos, entre otros indicadores registrados en el cantón, motivaron la investigación.

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Las escuelas Manuel de Jesús Calle, San Juan Bosco y Fernando Pons, y los colegios María Auxiliadora, Cuatro de Julio y Técnico Agropecuario, planteles con más número de alumnos y la mayoría afectados por la migración fueron los escogidos para el estudio.

En Chunchi existen unos 40 establecimientos educativos primarios y seis colegios. De las escuelas, unas tres ya se han cerrado por falta de alumnos, una de ellas en la comunidad Verdepamba, mientras entre los colegios, uno ubicado en la parroquia Capsol se cerró hace tres años.

La mayoría de los planteles de la zona urbana y rural, donde la deserción primaria es del 10% y la secundaria del 80%, tienen bajo número de alumnos y algunos están por debajo del límite para que funcionen y corren el riesgo de desaparecer en los próximos años, según Eduardo Espinoza, uno de los responsables de esta investigación migratoria. En la escuela Cuatro de Julio de Toctezinín hay casos dramáticos.

El olvido de los padres tras haber emigrado, el sueño de volver a ver a sus progenitores, la soledad, la falta de cariño y con quién jugar y compartir, son historias tristes que los niños cuentan en cartas que el profesor Danny Garrido las pide escribir en un intento por ayudarlos.

 “Hubo el caso de una niña, cuyo padre emigró, al poco tiempo fue la madre, quien le mintió que iba a traer de regreso a su papá. Esperó y eso le afectó mucho. Pasaron tres  años y nunca regresó. No sé qué pasó con la niña”, recuerda el profesor.

Catty, de 11 años y Tania Tamay Lema, de 8, son dos hermanas que viven con su abuela tras partir sus padres a Madrid hace cuatro años.

Ellas dicen estar felices porque sus papás les dijeron que vendrán a verlas pronto, aunque no saben cuándo será.

Kilómetros más arriba de este sector, en la comunidad de Bacún, otra niña de 12 años que tenía a su cuidado a sus tres hermanos de 9, 8 y 5 años, luego que sus padres que emigraron hace cinco años a España, fue llevada por un adulto y los menores quedaron solos.

Casos como estos se repiten en las seis escuelas de  este sector, cuenta Rogelio Auqui, dirigente comunitario.

Según datos de Movilidad Humana de Riobamba sobre  el trabajo infantil en Chunchi, de 6.139 niños, el 16.7% trabaja y no estudia y el 15.6% no estudia ni trabaja. Las parroquias Capsol, Gonzol y Llagos tienen alto índice de migración.

CONTRAPUNTOS

PROYECTO EN ESPERA
Un proyecto para hijos de emigrantes no comienza pese a que debía iniciarse este año lectivo. Mientras el área de Desarrollo Comunitario del Municipio local indicó que unos 200 niños y jóvenes se benefician de este plan (que incluye comedores populares y asesoría pedagógica), los planteles donde supuestamente están los beneficiarios negaron su funcionamiento.

NO LO CONOCEN
Sergio Olivo Flores, director de la escuela Manuel Jesús Calle, donde estudian 307 niños, de los cuales el 52% tiene a sus padres en el exterior y de ellos el 23% a sus dos progenitores, dijo desconocer sobre el programa, al igual que Cecilia Peñafiel, rectora de la Unidad Educativa María Auxiliadora, donde estudian 420 alumnos. Según Eduardo Espinoza, funcionario del Municipio, el proyecto, con un costo cercano a los cien mil dólares, está próximo a ejecutarse.