Los padres de las niñas agradecieron a los médicos y a quienes ayudaron para tratar de salvar a sus hijas.

Los cuerpos de María y Guadalupe Quinatoa, las siamesas que nacieron unidas por el corazón, hígado y esternón el lunes pasado en el cantón Chillanes, provincia de Bolívar, y que fallecieron por un paro cardíaco el pasado viernes en el Hospital Baca Ortiz de Quito, fueron devueltos ayer a sus familiares.

Luego de la realización de la autopsia de ley y de comprobarse las causas del deceso, los médicos del centro hospitalario entregaron a Duval Quinatoa el cuerpo de sus hijas.

Él llegó el viernes por la noche a Quito y fue ahí cuando se enteró de la muerte de sus dos pequeñas hijas, quienes iban a ser trasladadas ayer a Guaranda en una ambulancia del Hospital Eduardo Montenegro de esa ciudad.

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La madre de las pequeñas, Miriam Quinatoa, está ya en su casa recuperándose de la cesárea que tuvieron que practicarle los médicos para facilitar el nacimiento de María y Guadalupe.

Debido al largo recorrido que hay entre Quito y Guaranda (siete horas), los familiares de las pequeñas informaron que el sepelio se realizará hoy, pasado el mediodía, en el cementerio local.

Los padres de las niñas agradecieron a la ciudadanía por la solidaridad expresada durante los cuatro días que sus hijas estuvieron en cuidados intensivos en el Hospital Baca Ortiz,  así como también a los médicos que las atendieron.

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Según Jaime Ochoa, médico pediatra encargado del caso, las niñas fallecieron a las 14h00 del viernes tras un progresivo deterioro de su salud que desencadenó en un shock cardiogénico.

“El cuadro fue empeorando hasta que a las 12h30 se produjo un paro, del que lograron salir transitoriamente, pero finalmente fallecieron hora y media después”, dijo.

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En el hospital de Quito, los padres de las niñas -una pareja de agricultores– promovían campañas para obtener ayuda económica. Un ciudadano que no quiso identificarse entregó la mañana del viernes un cheque -cuya cantidad no fue revelada- a los familiares.

El parte médico reveló que las siamesas nacieron unidas por el corazón, hígado y esternón, en el tercer caso reportado recientemente en el país.

“En el primer caso, las siamesas fallecieron durante una operación y en el segundo, ocurrido hace ocho años, los niños murieron por una infección antes de ser intervenidos”, recordó el pediatra.

La salud de María y Guadalupe se deterioró desde la mañana de ayer. A causa de ello fueron entubadas (anestesiadas) y recibieron ventilación mecánica, informó Raúl Villacrés, pediatra encargado del área de Neonatología del Hospital, quien agregó que las menores tenían síntomas de una infección, posiblemente generada en los pulmones.

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OTROS CASOS

MALFORMACIONES
El genetista Milton Jijón, que participó en la atención a las siamesas María y Guadalupe, explicó que diariamente enfrenta casos muy difíciles de malformaciones. Uno de ellos es el de un bebé que no tiene piel en el pecho ni pelvis. Además carece de ano y pene. Otro que se trata en el Baca Ortiz es el de un niño hermafrodita (que posee los dos sexos). En ambos casos habría que practicar una genitoplastia (dejarlo con un solo sexo), comentó.

ESTADÍSTICAS
Ecuador es un país con alto índice de malformaciones, pues está considerado como uno de los más contaminados, lo cual afecta al ADN de la población. Mientras el índice de niños nacidos con el síndrome de Down en el mundo es de 1 por cada 600 nacidos vivos, en Ecuador la incidencia es 1 por cada 500.