Al ambicioso proyecto de Google, de crear una inmensa biblioteca digital, le salen más críticos, y el último, un poderoso grupo editorial, recurrió a los tribunales para frenar al buscador de internet.

Ante el proyecto de Google la Asociación Estadounidense de Editoriales (AAP, sigla en inglés), interpuso esta semana una demanda en la que acusa al buscador de quebrantar la Ley de Propiedad Intelectual.

La AAP señala que las editoriales sufren un “continuo, irreparable e inminente daño, debido a la infracción de las leyes de propiedad intelectual por parte de Google”. En la demanda están representadas las editoriales: McGraw-Hill, Pearson Education, Penguin Group USA, Simon & Schuster y John Wiley & Sons.

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La presidenta de la AAP, Patricia Schroeder, dijo que aunque reconocía lo útil del proyecto, Google está tratando de “ganar millones de dólares aprovechándose del talento y la propiedad de los autores y las editoriales”.

La AAP sigue los pasos de la Asociación de Autores, que representa a 8.000 escritores y que el mes pasado denunció a Google ante los tribunales.

David Drummond, consejero en asuntos legales de Google y uno de sus vicepresidentes, indicó que “la creación de un índice de libros fácil de usar es un uso justo bajo la ley de propiedad intelectual y apoya su objetivo: incrementar las ventas de libros”.

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El proyecto supone formar una gran biblioteca virtual donde se alojarían volúmenes de las principales universidades de EE.UU., entre ellas Harvard y Stanford, así como la Biblioteca Pública de Nueva York y la de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

Este acuerdo pondría a disposición del usuario, a través de la red, 15 millones de libros. Google anunció en agosto la interrupción del proceso hasta noviembre, y pidió a las editoriales que notificasen específicamente qué volúmenes no quieren que sean escaneados.