Valiosos aportes se escucharon, que seguramente influirán para un mejoramiento de los proyectos legales que se debatieron.

Debemos señalar, sin embargo, que se observó una escasa participación de la dirigencia política del país, debido quizás a que a veces se considera en esas esferas que el diálogo con las Fuerzas Armadas solo conviene y es necesario a puertas cerradas y en momentos de crisis extrema.

No opinan así todos los militares, por lo visto. Hace algunos meses ellos también convocaron a la sociedad civil para elaborar una política de transparencia y comunicación directa, lo que se llamó entonces el Libro Blanco. Ahora han dado este nuevo paso en la misma dirección.

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Si en el pasado la sociedad criticó el excesivo papel que en ocasiones asume la institución armada en la resolución de los conflictos, tengamos presente que también son culpables los que se niegan a dialogar en instancias transparentes y directas como el seminario aludido.