El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo este sábado que su propuesta para realizar un programa para invitar a trabajadores de todo el mundo al país es un componente esencial del plan para reprimir la inmigración ilegal.

Bush firmó esta semana un presupuesto de gastos del Departamento de Seguridad Interior, que incluye fondos para fortalecer la seguridad fronteriza y endurecer las leyes de inmigración.

"Mientras mejoramos y expandimos nuestros esfuerzos para controlar nuestras fronteras, debemos también reconocer que los esfuerzos no funcionarán a menos que partan de una reforma comprensiva de la política de inmigración, que incluya un programa de empleo temporal", dijo Bush en su programa semanal de radial.

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"Si un empleado tiene un trabajo que ningún otro estadounidense quiere hacer, debemos encontrar una manera de llenar esa demanda con empleados dispuestos y trabajadores dispuestos de países extranjeros sobre una base temporal y legal", añadió.

Bush dijo que trabajaría con el Congreso para crear un programa que se ocupe de las necesidades laborales de Estados Unidos sin garantizar la amnistía de inmigrantes ilegales.

La propuesta de Bush alarmó a algunos de sus aliados republicanos en el Congreso, quienes temen que el plan beneficie a los trabajadores indocumentados que ya se encuentran en el país, permitiéndoles calificar para el programa.

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La inmigración fue siempre un tema áspero en las relaciones Estados Unidos-México. Aliviar las restricciones para los trabajadores mexicanos ha sido una de las prioridades del presidente Vicente Fox desde que asumió en el 2000.