Obispos de todo el mundo aprobaron este sábado una serie de 50 proposiciones, o recomendaciones, sobre cómo gobernar la Iglesia católica que reafirman tradiciones eclesiásticas como las del celibato para los sacerdotes.

Las recomendaciones serán presentadas al papa Benedicto XVI.

Las proposiciones también se refieren a si la comunión debería ser negada a los políticos católicos que respaldan leyes que contradicen la enseñanza de la Iglesia, como el derecho al aborto, y la comunión a católicos que se divorcian y casan nuevamente sin anular su matrimonio anterior.

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Los cerca de 250 obispos que se reunieron para el Sínodo de Obispos que comenzó el 2 de octubre y se extiende hasta el domingo, votaron   plácet o   non plácet, que en latín significa   satisface o   no satisface para las recomendaciones que serán incluidas en un documento futuro para el Papa. Las 50 recomendaciones fueron aprobadas.

El cardenal George Pell de Australia declaró en rueda de prensa que la votación fue una   reafirmación masiva de la normativa del celibato para los sacerdotes, al igual que de otras tradiciones eclesiásticas.

La falta de sacerdotes fue uno de los temas centrales del sínodo y los obispos se quejaron de que los católicos a veces tenían que pasar semanas o meses sin un clérigo que celebrara la misa porque no hay suficientes.

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En una proposición, los obispos dijeron que los políticos católicos deberían reconocer su   importante responsabilidad social y no avalar leyes que contrastan con las enseñanzas de la Iglesia.

Sin embargo, la proposición no efectuó recomendaciones generales sobre si se les debería negar la comunión y expresó que los obispos locales   deberán ejercitar las virtudes de la firmeza y la prudencia al tomar en cuenta situaciones locales concretas, según la lista de recomendaciones difundida por el Vaticano.

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Sobre la escasez de sacerdotes, algunos católicos liberales y grupos reformistas de la Iglesia sostienen que más hombres se acercarían al sacerdote su se les permitiera casarse.

Pero la recomendación final reafirma  el don inestimable del celibato eclesiástico.

Otra proposición reafirma que los católicos que se vuelven a casar sin anular su matrimonio anterior no pueden comulgar, pero pidió que se hagan   todos los esfuerzos posibles para anular sus uniones previas.