Texaco descartó ayer cualquier posibilidad de un acuerdo extrajudicial para poner fin a un juicio en Ecuador, donde la petrolera estadounidense es acusada de daños ambientales en 18 años de operación en la selva amazónica.

El vocero de Texaco en Ecuador, Rodrigo Pérez, desechó un acuerdo de esa índole aunque no se ha sabido públicamente que alguna de las partes haya propiciado un arreglo extrajudicial.

Unos 30.000 habitantes de la zona han presentado un juicio a Texaco, demandando un pago de 6.500 millones de dólares para reparaciones ambientales. Mediante abogados acusan a esa empresa de haber vertido en la selva 18.000 millones de galones de aguas tóxicas.

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Pérez expresó que   hay que esperar a que terminen todas las inspecciones, que se presenten todos los informes y que el juez, con base a todo lo que se le haya presentado, dicte su veredicto.

No creo que haya forma de llegar a un acuerdo porque no hay ninguna base ni técnica, ni jurídica para la demanda, es una demanda absolutamente sin fundamento, aseveró en declaraciones telefónicas.

Aseguró que de ninguna manera nos consideramos responsables (de la contaminación) ... la operación fue hecha de acuerdo con las normas vigentes, tanto en el Ecuador como en el exterior, en la época de la operación. La compañía dejó de operar hace 15 años ahí, en la zona de Lago Agrio.

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Acerca de las piscinas con desechos tóxicos que muestran los demandantes, adujo que   la única responsable es Petroecuador, porque además así establece el convenio de finiquito.