Una difícil decisión tomada en el momento oportuno pudo salvarle la vida a Genaro Salazar Ruiz, quien fue sometido a un trasplante de corazón el pasado viernes.

No fue fácil para Margarita Gonzabay, madre de crianza de Carlos Julio, donar el corazón de su hijo, un joven de 21 años que se encontraba en estado de muerte cerebral desde el pasado 1 de octubre.

Margarita aún recuerda los momentos de angustia que vivió desde la madrugada en la que se enteró que Carlos había sido herido en la cabeza con un arma de fuego cuando salía de un bingo en la isla Trinitaria.

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Margarita comenta que cuando Carlos tenía un año fue abandonado por su madre biológica y dejado al cuidado de su padre Julio Gonzabay, su  hermano.

“Desde ese día yo me hice cargo de la crianza de Carlos tratándolo como si fuera mi propio hijo”. 

Margarita asegura que en los 20 años que Carlos estuvo a su cuidado, su madre nunca más lo fue a ver ni se preocupó por él.

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Carlos Julio trabajaba, desde principios de este año, en una empresa que se dedicaba a arreglar contenedores. Antes había laborado en trabajos de soldadura.

Desde hace cuatro meses se había unido en compromiso con Estrella Ochoa, con quien vivió durante tres meses en casa de Margarita al suroeste de la ciudad. Después la pareja fue a vivir a la isla Trinitaria, cerca de la madre de Estrella.

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Para su madre, Carlos era un chico tranquilo, bueno, hogareño, que disfrutaba del fútbol los domingos con sus amigos y era hincha del Barcelona,  afición que comparte con Genaro, paciente al que fue donado su corazón.

Fernando Silva, uno de los mejores amigos de Carlos, recuerda a su amigo como un muchacho muy alegre.  “Le gustaba bailar reggaetón y lo hacía muy bien”, recuerda. 

También lo definió Fernando  como un muchacho maduro. “Le gustaba mucho  ayudar a sus amigos cuando estaban en problemas. Siempre los cuidaba. El último día que estuvo aquí se despidió de todos y de su mamá como sabiendo lo que pasaría”, expresó Fernando.

Hoy, gracias al corazón bondadoso de una madre, Genaro Salazar tiene una esperanza para seguir viviendo.

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