En estos días ha salido una propaganda por la radio, en la que se da una conversación entre dos amigas y la una dice: “ayer salí con mi novio y la verdad nunca pensé que tendríamos relaciones sexuales y quedara embarazada; en este momento no está en mis planes”; la otra mujer contesta: “¡fresca! No te preocupes, todavía hay tiempo de evitar que algo sucede. Consultemos sobre los anticonceptivos de emergencia”.

Es impresionante cómo el marketing y la publicidad han ayudado a adormecer muchas veces nuestra conciencia, y disfrazan aquello que es malo, como es el caso del aborto, como algo justo.

Nos venden el aborto como “interrupción del embarazo”, “el derecho a decidir”, “planificación familiar”, en fin, términos que ocultan el verdadero asesinato y buscan tranquilizar nuestras conciencias.

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No nos engañemos, estos llamados anticonceptivos de emergencia o píldoras del día después, son abortivos. No caigamos en la trampa, no son más que unas licencias de “autorizado para matar”, que inflan los bolsillos de unos pocos, a causa de vidas humanas.

Viviana Arroyo
Guayaquil

En un día memorable los médicos recibimos de la universidad el título profesional. Con orgullo aceptamos cumplir los claros principios éticos de la medicina expresados en la vigente declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial, (antes “Juramento Hipocrático”): “siendo ahora admitido en la profesión médica solemnemente doy mi palabra de consagrar mi vida al servicio de la humanidad..., mantendré el mayor respeto a la vida humana desde su concepción”.

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La concepción, unión de óvulo y espermatozoide, da inicio a una nueva vida humana. El óvulo fecundado por el espermatozoide contiene el aporte genético del padre y la madre, y toda la información de un nuevo individuo. En la concepción se decide, por ejemplo, el color de los ojos, la forma de la nariz, el color el cabello y de la piel, si el concebido es niño o niña. Desde el inicio de su vida el óvulo fecundado o cigoto demuestra gran vitalidad; sus células se dividen, se desarrolla en un tiempo determinado; así, el embrión viaja por el interior de la trompa de Falopio durante tres días en dirección a la cavidad uterina; llega al cuarto día y al cumplir su primera semana de vida se implanta o “anida” en la pared interna del útero o matriz, donde continúa su desarrollo; después de nueve meses nacerá la niña o el niño que hará surgir la ternura y alegría de su madre.

Todo dispositivo o fármaco que impide la concepción, es un anticonceptivo; pero si actúa después de la concepción destruyendo una vida humana ya concebida, su acción es abortiva. El efecto predominante de la píldora del día después, es impedir la implantación del embrión humano en el útero, el cual, al no poder nutrirse muere y es expulsado.

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Dr. José Miguel Páez
Guayaquil