Es difícil que el técnico de Emelec, Jorge Habegger, sonría. No lo hace en los entrenamientos y menos aún antes de un Clásico del Astillero.

Pero ayer, Habbeger “rompió el protocolo”. No solo porque el equipo azul no realizó una práctica de fútbol, sino porque dedicó la mañana a un jornada recreativa amenizada entre las bromas de sus jugadores y también con las sonrisas del DT argentino.

Sin embargo, él se reservó el derecho de hablar a la prensa sobre el partido contra un club que aprecia mucho y que  dirigió seis veces antes.