La dirigencia nacional de la ID habla de reorganización, mientras dos directivas se disputan el poder el Guayas. En el TEG se tramita la inscripción de una.

Las disputas por el mando de la directiva provincial y denuncias contra coidearios, provocan fisuras en la estructura del partido Izquierda Democrática (ID) en la provincia del Guayas.

Dos militantes aseguran ser los presidentes del partido: Hugo Toral Villón y Agustín Ortiz Costa. Este último, tiene el aval del presidente nacional de la ID, Guillermo Landázuri, quien asistió a la posesión realizada a las 18h00 del 29 de septiembre en el Tribunal Electoral del Guayas.

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A esa misma hora y en la sede del partido (Los Ríos y Primero de Mayo), otro grupo posesionaba a Hugo Toral. Aunque se dijo que a ese acto asistirían Ramiro González –prefecto de Pichincha–, el diputado Carlos González y el dirigente Dalton Bacigalupo, ellos no estuvieron presentes.

Aunque la presidencia nacional de la ID oficializó el pasado jueves ante el Tribunal Electoral del Guayas la directiva de Agustín Ortiz, el pleno debe aprobar su registro previo a un informe de la comisión jurídica que se hará público, posiblemente, mañana.

El problema no es reciente. En marzo del 2004 hubo elecciones internas donde triunfó Eduardo Álvarez, pero el ex dirigente Antonio Iglesias, con un grupo de simpatizantes, se tomó la sede del partido para impedir la posesión de Álvarez, quien finalmente asumió en abril del mismo año.

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Las disputas no terminaron ahí, miembros de la directiva acusaron al presidente provincial de usar el partido para su beneficio y lo destituyeron. “Álvarez se dedicó a sacar provecho del partido para intereses personales, consiguió un puesto de asesor en el Congreso (en Guayaquil)”, afirma Bolívar Fajardo, vicepresidente de la directiva de Toral.

Pero Álvarez dice que no se puede dar crédito a una directiva “espuria” y que los estatutos del partido no establecen que podía ser destituido por los vocales; su salida fue por decisión del comité nacional.

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En agosto del 2005; Hugo Toral y Bolívar Fajardo fueron principalizados, pero el consejo ejecutivo nacional de la ID decidió reorganizar todos los cuadros, de donde Ortiz fue elegido presidente. Landázuri afirma que “el presidente nacional tiene la atribución para reorganizar las directivas provinciales cuando hay casos de desunión, crisis y desorden”.

Pero las pugnas continúan. La tarde del 3 de octubre militantes que apoyan a Toral pusieron cadenas a la puerta de la central. “No es una toma del edificio, queremos prevenir algún problema”, aseguró ese día Jenny Sánchez.

Por su parte, Agustín Ortiz manifiesta que no han ingresado a la central porque se debe hacer primero un inventario y una vez que todo esté en orden “sesionaremos”.

Niega una división en la ID, “es un grupo pequeño de compañeros que le está haciendo daño al partido, según los estatutos el que tiene que avalar la directiva es el presidente nacional, nadie más”, agrega.

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Un nuevo ingrediente se sumó al problema el pasado viernes, cuando Toral aseguró que mientras Ortiz  fue jefe de Desarrollo de Productos en Pacifictel, hace dos años, fue encausado penalmente por un delito de estafa.

En el proceso, el agente fiscal del Guayas, Antonio Gagliardo lo incluyó en una instrucción contra varios funcionarios, pero luego se abstuvo de imputarlo, la decisión de Gagliardo fue ratificada por el ministro fiscal Walter Tomsich, en noviembre del 2003.

Enrique Pita, vocal del TEG  y miembro de la tienda que lidera a nivel nacional el ex primer mandatario Rodrigo Borja, admite que la ID pasa por un proceso de deterioro en la gestión de las últimas presidencias internas. “Había una actitud excluyente de directivas anteriores (Eduardo Álvarez) y concentradora de gente que tampoco con su gestión se estaba obteniendo los resultados esperados.

Expresa que con Agustín Ortiz (29 años), quien fue presidente de las juventudes de la ID provincial, el partido quiere la renovación y considera que se podrá lograr con gente joven. Pita también asistió a la posesión del citado dirigente.

Fajardo cuestiona a Landázuri pues dice que está imponiendo sus decisiones y no permite la deliberación, opinión compartida por Eduardo Pavicich, del mismo grupo.

Pese a los conflictos, los militantes se muestran preocupados porque esto afecta la organización de la tienda para las elecciones del 2006.