El panorama político se alteró con la llegada de la barcaza Power Barge II, acoderada en Puerto Hondo. El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, y su coideario, el líder socialcristiano León Febres-Cordero, hicieron públicos sus criterios opuestos sobre el funcionamiento de la embarcación en aquel lugar. 

Febres-Cordero dijo que la nave debía operar lo más pronto posible, pero Nebot respondió que no iba a entregar la autorización “porque contamina el ambiente”. Sin embargo, el Municipio ya había emitido informes. El Concejo Cantonal y las direcciones  de Medio Ambiente y de Ordenamiento e Infraestructura Territorial del Cabildo aprobaron su funcionamiento con ciertas condiciones el pasado 3 de agosto. “Y el 15 de agosto, por razones que yo no conozco, lo negaron”, expresó  Febres-Cordero. De hecho, ambas comunicaciones tienen el mismo código: DOIT-2005-1191.

Jacinto Flor, gerente de Operaciones y Mantenimiento de Ulysseas Inc., propietaria de la barcaza, dijo desconocer por qué Febres-Cordero respalda la operación de la barcaza. “Nosotros no tenemos ninguna relación (con él)”. El diputado, por su parte, dijo no tener interés en la embarcación: “Es de una empresa brasileña”.

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El Cabildo negó los permisos a Ulysseas Inc. luego de acoger un informe de Fundación Natura, presentado por su director ejecutivo, Álvaro Dahik, hermano del ex vicepresidente, Alberto Dahik.

Según Álvaro Dahik, su parentezco no tiene nada que ver en el tema. “Nosotros como fundación hemos puesto un informe técnico. Si a Febres-Cordero no le parece, es su opinión; que al Alcalde sí le parezca, también  es su opinión. Si quieren pelear, allá ellos”.  

Dahik asegura que, los últimos días de septiembre, el propio Alcalde le pidió que realice el estudio, por el que -dice- aún no ha cobrado.  Agrega que tuvo que contratar a la consultora Enertesa, de José Pileggi, ex funcionario del gobierno de Gustavo Noboa. “Todavía no hemos hablado de dinero”, dice Dahik.