Los conductores que transitan por el puente Rafael Mendoza Avilés, en el tramo que conecta Guayaquil y Samborondón, aseguran sentirse más seguros de manejar por el sitio luego de la instalación de nuevas barandas metálicas a un lado de la obra.

Estos elementos, de menor altura, reemplazan a los que fueron retirados el mes pasado por obreros de la constructora Andrade-Gutiérrez, encargada de las adecuaciones en el puente.

Las barandas, instaladas en el lado oeste de la vía, son de las mismas características de las que se observan en una parte del nuevo puente Carlos Pérez Perasso, que aún está en construcción.

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Conductores consultados ayer por este Diario manifestaron su satisfacción de que las labores se hayan realizado “lo más rápido posible”, lo que redujo las posibilidades de accidentes en el sector.

La ampliación del puente Rafael Mendoza Avilés y la edificación del puente alterno Carlos Pérez Perasso han sido cuestionadas por los usuarios y autoridades locales, especialmente por el retraso en los tiempos de ejecución de los trabajos.

Entre hoy y mañana la Contraloría General del Estado tiene previsto entregar el informe definitivo sobre las tareas en estos puentes.

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La entidad emitió el pasado 27 de septiembre los resultados preliminares de la investigación, en la que establece incumplimiento en las cláusulas del contrato firmado el 21 de junio del 2002.

Entre ellos señala que la Asociación Consultora (T.Y. Lin International Consulsísmica-Asesoría y Estudios Técnicos), que efectuó los estudios, en la definición de los diseños “no previó la realización de suficientes pruebas de carga, según lo establece la norma técnica respectiva” y tampoco -asegura- la incluyó en el resumen de presupuesto para la construcción.