Veintidós jefes de Estado y de Gobierno de  América Latina, España, Portugal y Andorra abrieron ayer la XV Cumbre  Iberoamericana en Salamanca, España.

Una declaración especial sobre Cuba que la Cumbre Iberoamericana se dispone a aprobar hoy ocasionó una polémica en el ámbito de la reunión que congrega a presidentes de 22 países o sus representantes.

El documento contiene una “condena del bloqueo comercial de EE.UU. a la isla”, establecida hace más de 40 años, y a la ley Helms-Burton que permite a los cubanos disidentes que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses, demandar en cortes norteamericanas por bienes confiscados.

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Esta sería la primera vez que se usa la palabra “bloqueo” en una declaración sobre el caso cubano en vez de “embargo”, lo que según fuentes de la embajada de EE.UU. en Madrid “es preocupante”, pues “podría interpretarse como apoyo a la dictadura en Cuba”.

Otra controversia se había solucionado ayer cuando un comunicado especial sobre Colombia, aprobado por los cancilleres, apoyó la Ley de Justicia y Paz del presidente Álvaro Uribe, y condena a quienes “cometen atentados terroristas”.

El texto había  provocado una disputa entre Colombia, Venezuela y Cuba, pues La Habana y Caracas querían que el comunicado se refiera a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como fuerzas “insurgentes” o “irregulares”, a lo que se oponía Bogotá.

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En otros temas, España anunció ayer que ofrecerá 65 millones de dólares de ayuda no reembolsable para paliar los efectos del ciclón Stan en Centroamérica.

Además, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez  Zapatero, pidió crear un modelo iberoamericano para la gestión de las  migraciones, basado en los criterios de “humanidad, hospitalidad y solidaridad”.