La Guardia Costera trajo a suelo estadounidense a los padres de un niño cubano que murió cuando el bote que los traía desde Cuba se hundió en el Estrecho de la Florida, dijo este sábado un vocero de la institución.
  
La pareja, Julian Villasuso, de 49 años, y Maizy Hurtado, de 32, se cuentan entre las 30 personas que fueron encontradas sujetándose al casco del bote, pero el cadáver de su hijo Julián, de 6 años, fue hallado posteriormente bajo la embarcación.
  
Llegaron el viernes a Cayo Hueso y fueron puestos en libertad el sábado para reunirse con sus familiares en la Florida.   En este momento de dolor, se encuentran con sus familiares y amigos, dijo Zachary Mann, vocero del sistema de Aduanas y Protección Fronteriza.
  
El fiscal interino R. Alexander Acosta dijo haberle pedido a las autoridades en Washington que permitieran la llegada de los padres del niño al país, dado que consideraba presentar cargos contra los supuestos contrabandistas que los trajeron.
    
La Oficina del Fiscal Federal se encuentra en el proceso de evaluar la evidencia para determinar si es apropiado presentar cargos, dijo Acosta.
  
El bote se hundió el jueves a unos 70 kilómetros al sur de Cayo Hueso, mientras era perseguido por el barco Dauntless, de la Guardia Costera.
  
Se espera que los padres del menor muerto puedan quedarse en Estados Unidos, conforme la política de pies húmedos, pies secos, que normalmente permite que lo hagan los cubanos que logran alcanzar suelo norteamericano.
  
Otros pasajeros del bote estaban siendo interrogados el sábado en un navío guardacostas en altamar, dijo el oficial Ryan Doss. Se desconoce si serán enviados de regreso a Cuba o si los supuestos contrabandistas de personas se encuentran entre ellos.