Mi problema es el mismo de muchas personas: unos días antes de septiembre ingresé a la página web del banco del que soy cliente para autorizarles a que retiren mis fondos de reserva y los acrediten a mi cuenta.

Esperé más de cinco días para recibir como respuesta del banco que había sido “una transferencia rechazada por el IESS” y que “no existen” mis datos. Me dijeron que vaya a las oficinas del IESS a reclamar; eso hice. Tuve que acudir dos veces. Fue un sábado y cuando  por fin llegué en la ventanilla número 52 me confirmaron que ciertamente no tenía problema con mis fondos, ni había deuda pendiente. Me pidieron que pase un e-mail (correo electrónico) a cierta persona encargada de las transferencias a los bancos y que espere 48 horas más.

Y, ¿qué creen? Sigo esperando. Me he cansado de enviar e-mail tras e-mail y no obtengo ni una respuesta del IESS. Se desconoce el proceso interno de los pagos y por qué no dan respuestas a los miles de correos que han de estar en “el aire”, para saber si nos pagarán nuestro dinero.

Publicidad

César Llaguno M.
Guayaquil

En nuestro país se convierten las falacias en paradigmas. La viveza criolla y hacer las cosas difíciles son signos de “inteligencia”.

Un préstamo quirografario, del que tuve la desventura de olvidar su vigencia al cambiar de empresa,  me cuesta en intereses $ 183,45. Debería hacer un mea culpa y aceptar el castigo, de no ser porque en la solicitud del préstamo, en formato emitido por el mismo IESS, se hace constar mi  aceptación a que, en caso de suspender los pagos por más de tres meses, lo adeudado sería descontado de mi seguro de cesantía. Por supuesto, el IESS no hizo efectiva esa cláusula. ¡Viveza criolla!

Publicidad

Otra perla, además del costo de intereses por mora, resulta que mi trámite actual de retiro de los fondos de reserva se suspendió por la deuda pendiente. Me preguntaba si  se podría reemplazar el trámite, al que ahora me veo abocado, con el tiempo que implica por una liquidación de mis fondos de reserva en la cual se deduzcan los valores en mora. Por supuesto que no, demasiado primario.

Federico Palacios Uttermann
Guayaquil