En la columna de Emilio Palacio en EL UNIVERSO, el 2 de octubre pasado apareció una comedida referencia a mi persona, que agradezco. Próximamente la comentaré, por ahora me referiré a nuestra cultura “litoralense” y la acometida que soporta.

Largo tiempo ha, que mediante esta ventana de comunicación, denunciamos y repartimos mandarria contra la burocracia centralista-sectaria que, en competencia con la astronomía moderna, insiste en que entre la cordillera Occidental y Galápagos existe un “agujero negro”, llamado región Litoral. Para ilustrar esta habilidad de aplicar una ciencia a otra, me referiré a la destructora enseñanza que se imparte a nuestros niños montubios, cholos y afros.

Es práctica común llamar escuela a miserables cobertizos, en los que el Estado moroso dice educar al niño costeño. Donde “maestros” rurales, andinos, celebran toda festividad con danzas, canciones y trajes indígenas típicos del altiplano. Verdadera agresión cultural que lo obliga a vestir y bailar como tales, e intenta impedir el uso de expresiones que el montubio utiliza en su lenguaje, para su característica manera de hablar.

Pese a ser un grave atentado contra estos niños, su cultura y tradiciones, ninguna autoridad provincial, municipal, educacional, propone herramientas para frenar tal abuso. Sin abandonar el desarrollo físico de sus espacios, es hora de que proyecten estrategias para neutralizar tamaña embestida de la que son objeto. Que organicen campañas de valoración cultural; difusión de la historia, conservación de mitos y leyendas, etcétera. Que ajusten los textos a su realidad social y adelantamiento para evitar la urbanización del niño rural.

Luego de 19 meses de investigaciones cumplidas por el Archivo Histórico del Guayas en parroquias y recintos montubios, con el auspicio del Banco Central, en breve publicaremos y entregaremos al país el primer estudio técnico y serio sobre la vida social montubia, su variada y rica cultura. Indagaciones por la que hemos comprobado hasta la saciedad las aseveraciones de este artículo y que lo que es más grave, pues el mal va camino a la perennización, ya que elementos fundamentales para afirmar su identidad y cultura, ni siquiera constan en los textos escolares usados para su instrucción.

La experiencia y conocimientos adquiridos durante el contacto con el medio rural y su habitante, más el importante grupo de personas capacitadas vinculadas a tal averiguación, nos permite proponer a los consejos provinciales costeños, u otra institución consciente del problema, el estudio, elaboración y auspicio de un texto especial, cuyo contenido didáctico eleve de categoría a la instrucción que recibe el niño en nuestras escuelas rurales. Nada más oportuno y adecuado para enmendarla y reorientarla.

Es deber cívico-ciudadano preocuparse por el bienestar, orden y progreso de la provincia y región. El año pasado ante la degradación de la cultura montubia, infligida por un agresivo programa televisado, iniciamos su revaloración y defensa. Ruedas de prensa, foros, debates, casa abierta, precedieron una marcha multitudinaria. Sin embargo, ningún organismo oficial ni privado se dio por aludido, como si no hubiese un país ni una conciencia de respeto intercultural y solidaria por que preocuparse. El 16 de octubre, con la Dirección Regional de Cultura, organizaremos otra casa abierta de valoración y rescate cultural. Te invitamos, guayaquileño, al Centro Cívico, para disfrutar nuestra fiesta.