Saludamos esta iniciativa, que si bien se realiza con retraso, llena un vacío muy grave.

Falta ahora el siguiente paso, que la Comisión de Tránsito del Guayas comience a controlar aquellos vehículos que ya funcionan con gas mediante improvisadas adaptaciones y que constituyen verdaderas bombas rodantes.

Hasta ahora no se lo ha hecho porque algunos funcionarios de la CTG consideran que entre sus atribuciones no se incluye la de impedir que rueden vehículos que utilizan ese combustible. Desconocemos si este es solo el criterio de algunos voceros de la institución o del directorio de la misma. En todo caso, la ley es muy clara al señalar como contravención grave el transporte de combustibles peligrosos en vehículos no acondicionados para el efecto, de tal modo que no encontramos motivo para que la CTG no comience ya a seguir el ejemplo de las otras instituciones públicas que sí han tomado la iniciativa de impedir que este peligro siga amenazando a los ciudadanos.