A pesar de que su vida útil ya pasó, siguen funcionando para satisfacer la demanda.
Cada año, cuando empieza la temporada de sequía en el Austro ecuatoriano, brota también la tensión en el sector eléctrico, lo que se agrava con el hecho de que el 50% de las empresas de generación térmica es ineficiente.
De las 20 generadoras, 10 están produciendo a la mitad de su capacidad (8 de ellas son de propiedad de las distribuidoras eléctricas que están en poder del Fondo de Solidaridad). ¿La razón?: han sobrepasado el tiempo de vida útil.
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Según el Consejo Nacional de Electricidad (Conelec), la edad promedio de estos equipos oscila entre 30 y 40 años, cuando su durabilidad era de entre 20 o 25 años, de acuerdo con los datos oficiales.
En el país existen tres tipos de térmicas: las de combustión interna (operan con fuel número 4 y diésel), las de vapor (utilizan fuel número 4 y residuo de crudo más diluyente) y las que funcionan con gas (gas natural, diésel o nafta).
Las primeras, al tener un alto número de horas de operación, generan apenas entre 8 y 9 kilovatios hora de electricidad por cada galón de combustible, cuando en condiciones normales, con el mismo volumen, ese tipo de plantas produce entre 14 y 16 kilovatios hora.
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Esa ineficiencia, a su vez, genera pérdidas económicas para el fisco, que para este año calculó un egreso de más de 1.500 millones de dólares en importación del combustible.
Los programas de mantenimiento ya no ayudan. La solución, admitieron las autoridades, es sacarlas del mercado y reemplazarlas.
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Pero, mientras no existan unidades nuevas, sobre todo, hidráulicas o de generación a gas, no se puede prescindir de ellas; juntas producen 76,2 megavatios hora, cerca de la potencia que cada año se requiere instalar para satisfacer la demanda interna (150 MW).
Sin embargo, hay otras alternativas. Los 165 millones de dólares de un crédito de la Corporación Andina de Fomento se destinarían para instalar nueva generación. Con ese dinero, el Estado podría financiar en el 80% proyectos de desarrollo eléctrico.
Se ha pensado en adecuar a cuatro térmicas eficientes con un diseño de producción de ciclo combinado, es decir que el vapor que se genera, tras utilizar el combustible, mueva otras unidades.
Se retomó también la opción de la reconversión de otras centrales para que se utilice el residuo de petróleo crudo de las refinerías mezclado con diésel y otra cantidad de la mezcla, permitiría instalar una tercera línea de transmisión eléctrica entre Ecuador y Colombia.
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