El alcalde Jaime Nebot volvió a insistir ayer en el tema eléctrico, en los incentivos tributarios a las nuevas inversiones, en la autonomía y en la revolución de Guayaquil, esta vez, denominada del bienestar.
Lo hizo durante sus 23 minutos de intervención en la sesión solemne por la independencia de la urbe. Nebot habló de una revolución que –según él– se traduce en salud y educación; producción y empleo; orden y autoridad; imaginación y progreso. “Y la estamos haciendo cuando Guayaquil hace autonomía de hecho y de derecho y dentro de la unidad nacional(...) Hay, sin embargo y desgraciadamente, quien conspira contra la revolución del bienestar”.
Señaló al centralismo por querer pagar la deuda externa “con más de $ 100 millones de los 219 municipios y de las 22 prefecturas del país” y aquellos que en quince años no han hecho “ni han permitido hacer ningún proyecto hidroeléctrico importante”.
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Por eso, dijo, es necesario promover la inversión en proyectos hidroeléctricos que produzcan energía a bajo costo y poco impacto ambiental. La idea es que con la legislación vigente los generadores puedan vender energía y cobrarla directamente a los clientes finales, sin intervención del Estado. “Los atrasa pueblos que nos escuchen bien: déjennos servir, déjennos hacer, déjennos trabajar (...) Guayaquil no va a retroceder jamás, ni para tomar impulso”.