En el libro El Golpe el ex jefe de Estado relata su relación con los partidos políticos. Los dirigentes, consultados por este Diario, restan credibilidad al texto.

¡Traidores, mil veces traidores! Así se refiere el ex presidente Lucio Gutiérrez a quienes a su juicio son los responsables de su derrocamiento, hecho ejecutado el 20 de abril pasado, pero la conspiración, afirma, empezó el día en que se posesionó (15 de enero del 2003).

El actual presidente Alfredo Palacio, el alcalde de Quito, Paco Moncayo, los generales de Policía, Jorge Poveda; del Ejército, Luis Aguas; el ex comandante de la Fuerza Aérea; Hernán Ayala, el vicealmirante Víctor Rosero, el ex ministro de Gobierno Mauricio Gándara, el canciller en funciones Antonio Parra y el general José Gallardo, constan en la lista descrita en las páginas del libro El Golpe que está a la venta desde la semana pasada, aunque su lanzamiento oficial será el 13 de octubre próximo en Bogotá.

No se libra de la censura de Gutiérrez quien fue su ministro de Defensa, Nelson Herrera. En el libro relata que a las 09h30 del 20 de abril “en un acto desleal” el secretario de Estado dijo al secretario general de la Administración que hasta el día anterior había tenido el control de las Fuerzas Armadas. Ello, según el ex mandatario, frenó la firma de un decreto mediante el cual pretendía cambiar la sede de Gobierno a Portoviejo.

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A los entonces jefes de estado mayor, vicealmirante Manuel Zapater, general César Ubillús, general Edmundo Baquero y general Jorge Zurita también los suma a su lista.

Los políticos a los que Gutiérrez menciona en el libro restan credibilidad al mismo e incluso dudan que el autor lo haya escrito.

Precisamente, Gutiérrez dedica varios apéndices a la relación de su gobierno con los partidos políticos y aunque prometió luchar contra la corrupción y sigue proclamando ese discurso, reconoce que hubo acuerdos, aunque jamás menciona qué dio a cada sector para que respaldaran sus proyectos.

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Afirma que su relación con los socialcristianos fue corta, pero de respeto y cumplimiento recíprocos. Tampoco menciona qué tipo de compromisos se ejecutaron.

La diputada socialcristiana Cynthia Viteri asegura no tener la menor idea del acuerdo del que habla Gutiérrez, pero señala que no perderá tiempo leyendo El Golpe, porque seguramente el ex presidente estaba sedado –como él afirma haber salido de Carondelet–, cuando escribió, agrega a manera de broma.

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Del diputado de la Democracia Popular Ramiro Rivera, Gutiérrez dice que ofreció de todo y no cumplió nada, porque tampoco le dieron lo que solicitó. Anota que el 3 de enero del 2003 Rivera fue al despacho de Carlos González (ID) para supuestamente formar una mayoría y aunque la “tozudez” de Salvador Quishpe (Pachakutik) por ser presidente del Congreso dificultó el proceso, “todo fue una maniobra para ganar tiempo, ya estaban amarrados con el PSC”, relata.

Rivera, por su parte, duda que el ex jefe de Estado tenga las condiciones para escribir. “Este facineroso es un ciudadano amoral, no dudo que el libro que le han escrito, de la A a la Z, serán mentiras o en el mejor de los casos verdades a medias”, comenta.

Asegura que desde un inicio, es decir desde fines de diciembre del 2002 en que conoció el triunfo en las urnas de Gutiérrez, la DP empezó a dialogar en busca de un acuerdo parlamentario distinto, que permita leyes en favor del país. Como testigos de ello sugiere a los diputados de la ID, del PSC y del Prian.

Añade estar seguro de que en su libro Gutiérrez no menciona a “la cuadrilla de demolición” que lo acompañó en el régimen. Para dejar en claro sus dudas sobre el texto Rivera señala que “Pinocho sería el mejor modelo de monumento para Gutiérrez”, aunque manifiesta estar consciente que esta comparación es lesiva a Pinocho, el mentiroso personaje de los cuentos infantiles.

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Con Pachakutik, el ex mandatario, anota que rompieron cuando por manipulación de los diputados mestizos –no da nombres–, el bloque empezó a oponerse a los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo. No cuestiona la acción de los miembros del movimiento que colaboraron con el régimen como ministros y más bien afirma que a cada uno de ellos se les agradeció y comunicó los motivos por los que se les pedía la renuncia.

Con el Prian también confirma que hubo acuerdos puntuales y reuniones con su líder Álvaro Noboa. En el libro no menciona los compromisos que se hizo con ningún partido, incluso insiste en negar que el PRE le dio sus votos a cambio del retorno de su líder Abdalá Bucaram. “Esa guerra informativa”, la perdimos, dice al referirse al tema.

A la ID la señala como un partido responsable de que no se haya logrado la transformación del país y de haber conspirado contra su gobierno. Asevera además que intentó acercarse a esa tienda por la similitud de ideologías pero que su líder temió que Sociedad Patriótica le restara espacio político en la Sierra y el Oriente.

APUNTES

10.000:
Ese es el tiraje del libro El Golpe, de autoría de Lucio Gutiérrez. Ahí el ex mandatario dice su verdad, esa verdad que a su juicio los medios de comunicación no han difundido en su totalidad.

Costo:
El libro está a la venta a 9 dólares. Su presentación oficial se realizará en Bogotá, Colombia, el 13 de octubre próximo. El ex mandatario está asilado en el vecino país desde el 4 de octubre pasado.