Jacques Rogge, presidente del Comité  Olímpico Internacional (COI), dijo ayer que no es para nada “pesimista” en cuanto al  futuro del ciclismo, a pesar de los casos de dopaje que enturbian actualmente  la imagen de este deporte.

“La percepción del dopaje en el ciclismo es muy fuerte porque se trata de  una disciplina que está muy controlada.

“Hay que mirar las cifras con objetividad y congratularse por el combate  que libran las autoridades del ciclismo en la lucha contra el dopaje”, agregó el directivo belga.

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Pese a que reconoce que “el dopaje enturbia la credibilidad del deporte”,  sin embargo, Rogge “rechaza tirar al bebé junto al agua del baño”, considerando  que la lucha antidopaje terminará por ser beneficiosa para “este formidable  deporte” que es el ciclismo.

Sobre Armstrong
Con respecto al caso del ciclista estadounidense Lance Armstrong, el  presidente del COI insistió en que “todos los procedimientos deben ser  respetados” en materia de controles. También persistió en la necesidad de  respetar a “los atletas”.

El 23 de agosto pasado el diario francés L’Equipe reveló  que las muestras de orina tomadas a Armstrong en el año 1999, cuando el norteamericano  obtuvo la primera de sus siete victorias consecutivas en el Tour, contenían EPO  (eritropoyetina).