El primero de 23 vehículos robots partió en la madrugada del sábado para una travesía a través del Desierto de Mojave en una carrera patrocinada por el Pentágono y que tiene como premio dos millones de dólares. La carrera, de 212 kilómetros de distancia, se realiza a través de un escarpado desierto y de montañas.

El primero en abandonar la línea de largada fue el H1ghlander, un Hummer modificado construido por la universidad Carnegie Mellon, que partió con enérgico paso, desapareciendo en el desierto a 32 kilómetros por hora, mientras hacía sonar sirenas de incendio.

Detrás del H1ghlander estaba una camioneta Volkswagen de la universidad de Stanford, que completó cuatro vueltas impecables en torno al circuito de carreras de California durante pruebas de calificación la semana anterior.

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Otro de los concursantes de Carnegie Mellon fue un Humvee militar bautizado Sandstorm, que partió en tercer lugar. Sandstorm tuvo el mejor tiempo en la carrera de robots del año pasado, pese a recorrer una distancia de apenas 12 kilómetros.

Nadie ganó esa competencia. La carrera de robots concluyó sin un triunfador cuando todos los vehículos manejados a control remoto sufrieron averías poco después de partir.

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Pentágono hizo el circuito más difícil de recorrer este año, y duplicó el galardón a fin de alentar el desarrollo de robots que pueden ser usados en el campo de batalla.

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Los vehículos, que van desde Humvee militares hasta camiones de seis ruedas, deben usar computadoras y aparatos sensores para seguir una ruta programada y evitar chocar contra obstáculos.

En la mañana del sábado, cada equipo recibió un disco compacto con coordinadas del satélite de Posición Global que marcó la ruta exacta. La carrera, que comienza y concluye en la población de Primm, repleta de casinos, se extiende por todo el desierto de Mojave, en el sector de Nevada.