El Gobierno pedirá  esta semana al Congreso que califique la urgencia de las preguntas de la consulta popular. Al menos así se dejó entrever ayer en Guayaquil y en Carondelet. En el Palacio se habla del 11 de octubre como fecha tope para el consenso Ejecutivo-Legislativo.

El asesor presidencial José Modesto Apolo dijo ayer en la Capital que el Gobierno mantiene la buena intención de consensuar con el Congreso las preguntas de la consulta, pero sobre todo, “un gran compromiso con el pueblo” para que el proceso se cumpla el 11 de diciembre próximo.

Para ello reconoció que se necesita la comprensión de los sectores políticos que “deben pensar que no es posible entrar a las elecciones presidenciales del 2006 si antes no se ha realizado la reforma política”, señaló.

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Luego, en el Yacht Club de Guayaquil, Modesto Apolo precisó estar seguro de que los diputados entenderán que postergar la consulta es “crear una inestabilidad para  el país, porque si esta quedara para el próximo régimen el desgaste inicial de este sería catastrófico...”.

Enfatizó que “muchas de las 17 preguntas” las podrá llevar adelante el Legislativo sin necesidad de una consulta. Entre ellas, la bicameralidad y autonomías. También retomó el tema de  la revocatoria del mandato para referir que en 1997 el pueblo optó por esta alternativa para todas las dignidades, pero que la Asamblea de la época hizo que quedara limitado a diputados, concejales y consejeros.

El secretario de Comunicación de la Presidencia, José Toledo, quien estuvo con Modesto Apolo y el jefe de Estado, Alfredo Palacio, en la despedida a la tripulación del Buque Escuela Guayas, aclaró que si no se llega a un consenso “el Presidente ha dicho que dentro de la Constitución verá el mecanismo para hacer lo que realmente le convenga al país”.

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Adelantó que probablemente las preguntas serán menos de 17 e insistió en que la consulta debe hacerse este año.