David Harrison, el último de los cinco jugadores de los Pacers de Indiana implicados en una pelea contra fanáticos en Detroit durante un partido de la NBA, el pasado 29 de noviembre, fue condenado a un año de libertad condicional.

Harrison, de 23 años, se presentó ante la jueza distrital Nancy Towlin Carniak para declarar que no acepta los cargos, pero tampoco los rechaza por cometer un delito menor relacionado con cargos de  asalto y agresión.

Además, a Harrison se le ordenó inscribirse en un programa para ayudarle a controlar su temperamento.