Cada noche palpita un poco mejor el corazón de Nueva Orleáns: se trata de la calle Bourbon, que con sus bares, restaurantes y clubes de striptease es una de las principales atracciones de la ciudad para los turistas.

Un mes después del paso de huracán Katrina, menos de la mitad de los negocios de la calle han reabierto sus puertas, pero este viernes había media docena de orquestas tocando en otros tantos bares, y también media docena de clubes de bailarinas desnudistas abiertos al público.

La reconstrucción de Nueva Orleáns es un proyecto que parece abrumador.

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Pero en la calle Bourbon, la música regional típica se filtra al exterior de los bares, y grupos de personas beben sus tragos y sus cervezas mientras pasean por las aceras. Docenas de personas llenan la pista de baile de Razzoos Bar and Patio, cantando a coro We Are Family (Somos familia).

Un promotor insta a los transeúntes a entrar al club de desnudistas Big Daddys, y en una tienda cercana Dale Juneau le vende ropa interior provocativa a una joven. Juneau dice que la tienda, especializada en ese tipo de ropa y otros artículos eróticos, ha sido visitada por un público numeroso desde que reabrió sus puertas hace más de una semana.

La calle Bourbon es así, dijo. Por eso es que la gente viene aquí, para divertirse y pasarlo bien.

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Si bien la alegría y la música parecen fuera de lugar en una comunidad que ha sufrido uno de los peores desastres naturales del país, que ocasionó centenares de muertes, para los que tratan de revivir la ciudad cualquier indicio de normalidad es bien recibido.

Toda actividad es señal de optimismo, dijo Kim Boyle, de la Comisión para la Reconstrucción de Nueva Orleáns, anunciada el viernes por el alcalde Ray Nagin. Cuando veo que la gente sonríe, yo sonrío también.

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El Barrio Francés fue construido sobre un terreno más elevado que el resto de la ciudad, y apenas sufrió daños graves al paso de Katrina.

John Rodrigue, un profesor de historia de la Universidad de Luisiana, dijo que la reapertura de ese barrio es significativa   tanto por la verdadera importancia de que haya negocios abiertos como por la importancia simbólica que tiene el sector bohemio para muchos visitantes.