Así pues, los taxis que utilizan gas actualmente lo hacen sin respetar la ley, con grave peligro para el chofer y los usuarios, así como para terceros.

Esto es perfectamente conocido, y varias veces se lo ha denunciado en la prensa nacional. Pero la Comisión de Tránsito del Guayas se niega a hacer cumplir la Ley de Tránsito, de tal manera que centenares de taxis ruedan por Guayaquil, amenazando con provocar un incendio.

No entendemos la lógica según la cual la CTG está en condiciones de impedir la circulación de triciclos en ciertas zonas de la ciudad, pero no puede impedir que lo hagan estas bombas de tiempo rodantes.

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Hace un par de días se produjo el primer accidente importante por esta falta de supervisión. No hubo, afortunadamente, ninguna muerte que lamentar, aunque sí dos personas heridas de consideración. Pero luego no ha habido ninguna reacción, ni de la CTG, ni de otras instituciones como el Cuerpo de Bomberos, por lo que habrá que concluir que todo seguirá igual. Hasta que haya un nuevo accidente, seguramente más grave, del cual entonces solo nos quedará lamentarnos.