El gasto que demanda viajar de San Cristóbal  a  Santa Cruz es una de las causas que afecta el turismo.

El frío que en estos días se siente en Puerto Ayora coincide con el aspecto triste de sus semidesoladas calles, donde la actividad comercial y turística que fluye durante todo el año, es casi inexistente desde hace cuatro meses.

La avenida Charles Darwin, que da vista al mar y de cara a la población alberga almacenes de artesanías, restaurantes, discotecas, bares y hoteles, siempre contó con un gran flujo de turistas; ahora por ella solo se escucha el motor de las camionetas blancas de doble cabina que pasean en busca de algún cliente, mientras los dueños de locales permanecen sentados a la espera de compradores.

Publicidad

Desde los tenderos hasta los dueños de galerías de arte, como la residente inglesa Sarah Darling, atribuyen el deterioro al cierre del aeropuerto Seymour en la isla Baltra.

La terminal aérea está cerca de Santa Cruz, y desde el 16 de mayo pasado no recibe los vuelos comerciales porque su pista central se reconstruye. Los trabajos debieron terminarse a mediados de julio pero voceros de la constructora Poggi, a cargo de los trabajos, aducen que el Ministerio de Economía les adeuda varias facturas.

Antes, los vuelos llegaban a Baltra y de ahí los turistas visitaban Puerto Ayora y partían a las otras islas; ahora, los aviones aterrizan en San Cristóbal y desde ahí la travesía se hace molestosa.

Publicidad

Darling dice que no solo se afectan los negocios, sino el ingreso de productos y la salida hacia el continente.

Salir de Santa Cruz a San Cristóbal cuesta $ 30 en lancha, o $ 57 en avioneta, más los $ 90 del viaje en avión desde y hacia el Ecuador continental.

Publicidad

Dolores Herrera, propietaria de la joyería Maldonado, dice que todos los precios subieron. “Un brócoli cuesta $ 4 y antes $ 2”.

El lunes pasado Herrera aprovechó que su joyería estaba sin clientes y fue donde su vecina Cecibel Pisco, a tomar chocolate, y juntas lamentaron sobre la actividad. Pisco dijo que la venta de comida bajó más del 50%. Abre por los $ 700 de arriendo.

Leopoldo Bucheli, alcalde de Santa Cruz, quien también es armador, dice que tienen que gastar más en combustible para trasladarse por las islas, mientras que desde Santa Cruz están más cerca. “La isla cuenta con sitios de visitas que ahora no son recorridos porque las embarcaciones no llegan”, sostiene.

SIN TURISMO

Publicidad

PÉRDIDAS SE DESCONOCEN
Óscar Aguirre, director ejecutivo de la Cámara de Turismo de Galápagos, dice que la entidad solicitó al Instituto Nacional Galápagos, una evaluación de las pérdidas socioeconómicas en estos cinco meses de inactividad en el aeropuerto Seymour, pero que nadie contestó. “Aquí no estamos preparados para evaluar las pérdidas”, comentó.

INGRESOS BAJOS
Anualmente Galápagos genera por turismo 150 millones de dólares, pero de ello solo se queda el 6% en las islas, el resto se va fuera. Según Aguirre, ese análisis lo hizo en 1998 un francés, y es el último estimado que tienen.

PERJUDICADOS
Algunos ciudadanos creen que el retraso en los trabajos en la pista del aeropuerto Seymour se deben a intereses políticos y que los únicos perjudicados son los pequeños comerciantes y los pobladores, ya que las grandes operadoras turísticas nada pierden, porque si tienen más gastos se los recargan a los turistas. Aguirre afirma que han solicitado a las autoridades que solucionen el problema. “No haremos paros, porque eso nos va a perjudicar más, pero nadie nos atiende”, sostiene el ejecutivo de turismo.