Parecía que en los campos de Palenque podíamos tener paz sin luz, sin carreteras para el invierno, sin Estado..., pero en estos días, en el recinto La Yuca, entraron más de 600 policías para destruir un recinto entero, incluida la escuela para 52 niños.

Las familias que han vivido de la tierra se quedaron sin nada: sin vivienda, sin trabajo, sin escuela. Le pregunto a nuestros gobernantes, ¿qué hará esta gente? ¿A dónde se dirigirá? El INDA (Instituto Nacional de Desarrollo Agrario) y su gobierno ha dado la razón a quienes nunca han vivido ni trabajado esas tierras; les conceden 4.600 hectáreas que corresponden a la desaparición no solo de La Yuca, sino de La Artillería, Pampas de Arriba, Pampas de Maculillo, Bombón y más, que serían poco a poco desalojados. ¿Es posible que haya leyes que se hacen y deshacen según intereses económicos y políticos? Hay algo que se llama derecho natural y que nace desde una conciencia de justicia, por lo que me vuelvo a cuestionar: las escrituras de estos moradores que con tanta dificultad las han conseguido, ¿no han servido para nada?; sus impuestos, ¿no tienen validez? Se considera invasores a los naturales. Es curioso que ningún gobierno haya enviado un contingente policial a este cantón que ha sufrido durante años violencia criminal, y ahora aparezca uno contra la población campesina.

El Gobierno, que no hace escuelas, no financia a los maestros, ni apoya la vivienda ni al campesinado, ¿cómo puede permitir destruir lo que los padres de familia vienen construyendo con esfuerzo? ¿Habrá una Corte Internacional que estudie el asunto?

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Párroco Benjamín Respaldiza
Palenque