Sentada en una de las salas de espera se encontraba la mañana de ayer Maritza Peralta con la esperanza de que llegara la doctora que atendería a su pequeña Angi, de un año, quien fue sometida a una operación en los ojos.

La infante padece de glaucoma congénita y ayer le tocaba consulta médica. Por ello la madre se levantó temprano y viajó cerca de tres horas desde Naranjal hasta llegar al hospital del niño Francisco de Ycaza Bustamante. Sin embargo, hasta el mediodía no fue atendida por ningún médico.

Las actividades en este hospital permanecieron suspendidas  desde la mañana del lunes pasado hasta las 17h00 de ayer como medida de presión para que las autoridades de salud remuevan del cargo a la jefa financiera, Magdalena Molina, a quien acusan de presuntas irregularidades.

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Nelly Coello, presidenta de la Asociación de Enfermeras del hospital, manifestó que la medida terminó a las 17h15 luego de que se ordenaron los traslados definitivos de esta funcionaria, así como del jefe de personal, Jesús García, y de la administradora Norma Peñafiel, a quienes acusan de supuesto nepotismo y sobreprecio, respectivamente.

Según Coello, Molina fue trasladada al área 7, que corresponde al Centro de Salud 4. García fue cambiado a la Subsecretaría de Salud; y Peñafiel pasó al Centro de Salud de la ciudadela Sauces 3.

“Ahora queremos la acreditación inmediata con intereses de nuestros aportes al IESS”, dijo Coello  tras aclarar que sí hubo atención en hospitalización y emergencia.

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La dirigente del paro añadió que el director provincial de Salud, Javier Carrillo, se comprometió a hacer las gestiones para devolver todo el dinero de los fondos de reserva.

Por su parte, el subsecretario de Salud, Federico Cedeño, ordenó una auditoría de todas las áreas del hospital, a fin de determinar a los responsables en las denuncias de los trabajadores de esta casa de salud.