Los presos ecuatorianos denunciaron ayer que están siendo “exterminados por una mafia de guardias”, luego de la muerte de cinco reclusos ocurrida el pasado fin de semana cuando intentaron fugarse de la Penitenciaría del Litoral, según lo aseguran los informes policiales.

El representante de los internos, Washington Grueso, afirmó que las sospechas en tal sentido cobraron fuerza con el “asesinato“ de cuatro reclusos acusados de matar a uno de sus compañeros en la cárcel de Litoral.

“Estos internos fueron tirados a la pared para masacrarlos. El lunes tuve  el informe de la autopsia y justamente lo que revela es que fueron golpeados y maltratados antes de ser acribillados”, dijo Grueso en una entrevista con Ecuavisa.

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Según el coronel Gonzalo Suasnavas, jefe de la Unidad de Vigilancia Norte de la Policía, los presos pretendían fugarse tras cometer el homicidio y en su intento fueron abatidos por guardias.

Grueso replicó el informe indicando que los reos “cometieron el asesinato y se entregaron, pero luego aparecieron asesinados”.

“Ya hicimos la denuncia ante la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo pidiendo que se investigue al jefe de guías y al director de la cárcel”, agregó.

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Mientras tanto, el fiscal Manuel Alvear Hernández, quien está a cargo del caso, aún espera la lista de trabajadores de la penitenciaría que trabajaron el día del incidente y el informe de los guías sobre la supuesta fuga frustrada.

El reporte forense del Departamento de Medicina Legal de la Policía practicado a los cadáveres tampoco ha sido entregado. “Lo haré en esta semana”, aseguró Juan Montenegro, jefe de la institución.

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Mientras tanto, los empleados de la penitenciaría retomaron ayer sus actividades.
Sin embargo, no hubo incremento de policías para la vigilancia del centro carcelario.

El coronel Juan Carlos Rueda, jefe encargado de la Policía Judicial, indicó que “el problema es de estructura y no de más policías. Hay control de armas, pero siempre se encuentran cosas”, finalizó.

120 GUÍAS
vigilan en tres turnos a aproximadamente 3.500 internos de la Penitenciaría del Litoral. Los celadores denunciaron el lunes pasado que no cuentan con armamento necesario para controlar la violencia.