La reinserción de pandillas a la sociedad en España es uno de los debates sociales en esa nación.

Las tres muertes registradas en menos de un año en la Comunidad y las disputas derivadas por la lucha territorial entre los distintos bandos reavivaron en la sociedad española la preocupación de un repunte delictivo de las bandas latinas y la alerta a grupos policiales encargados de combatirlos, pero también a generar el debate entre los diversos sectores sociales para encontrar propuestas y enfrentar el fenómeno.

¿Qué hay detrás de estas acciones? ¿Es un fenómeno imparable? ¿Es posible combatirlo? ¿Cómo?, se planteó el diario ABC en una publicación el domingo pasado sobre la situación de las bandas latinas, que según expertos están   integradas en el 80% por  ecuatorianos.

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Las de los Latin Kings y Ñetas son las más numerosas. Pero hay más: Batos Locos, Los Doce Apóstoles, Latin Rapers, Latin Queens.

Por lo general la inserción de los jóvenes extranjeros en las bandas tiene como problemas de fondo  la desestructuración familiar derivada del proceso inmigratorio en el que primero llega uno de los padres, luego el otro y años después los hijos, o el elevado número de familias  que vive prácticamente para trabajar; el choque cultural; el desarraigo; la falta de integración escolar y social; el empleo precario; compartir pisos con un elevado número de personas, y la falta de expectativas. Sin embargo, también se dan casos de jóvenes que viven en el seno de familias normalizadas.

Lejos de la escuela y sin posibilidad de hallar empleo, acaban pasando el tiempo en la calle, en donde son presas fáciles. Ahí, ante el rechazo y las actitudes xenófobas que sufren, la banda les proporciona un entorno de ocio y relaciones, aunque a veces les conduzca a la delincuencia, tributo que tienen que pagar para demostrar su valía y capacidad, señala ABC.

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Si bien su estado es embrionario, la Policía asegura que tiene a más de mil miembros identificados de un total de nueve bandas.
Esteban Ibarra, del Movimiento Contra la Intolerancia, sostiene que en la medida que no se produzca una integración verdadera y exista marginación, el fenómeno crecerá.

Crear una policía multiétnica, agilizar la reagrupación familiar, promover la integración desde la escuela equilibrando el desfase curricular, implicar a los padres en la educación, y promover alternativas de ocio y tiempo libre atractivas, así como espacios y políticas de juventud, figuran entre las soluciones por adoptar, según profesionales y dirigentes que analizan el tema.

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La tardanza en la reagrupación familiar provoca sentimientos de culpabilidad en los progenitores y de abandono en los vástagos a medida que se alarga la separación, dice Dora Aguirre, presidenta de la Asociación Hispano-Ecuatoriana Rumiñahui.

“Si los hijos son menores, la adaptación es siempre más fácil; pero no sucede igual con los de más edad, que vienen, en general, obligados.
La situación les produce desorientación. Se enfrentan a dificultades escolares, de comunicación y sin amigos. Esto les conduce a reunirse con personas que comparten su misma situación”, sostiene Aguirre.

Rosa Aparicio, de la Universidad de Comillas, advierte que “muchos de los sucesos que se les atribuye a los “latins” o “ñetas” no los han cometido ellos. Lo que ocurre es que hay muchos chicos españoles que adoptan la misma vestimenta y lo parecen, pero no lo son. Y otros que, para protegerse en el instituto o en la escuela, afirman que pertenecen a una de estas pandillas”, agrega.

“Es inútil intentar suprimir las bandas violentas. Lo que tenemos que hacer es cambiar su liderazgo y hacerlas positivas. Hay que legalizar estos grupos”, afirma  Nelsa Curbelo, de la Universidad de Guayaquil, experta en gestión de conflictos que colabora con la policía catalana para abordar este asunto y prevenir su expansión en España.

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Curbelo contó su experiencia en Guayaquil, en donde la pandilla de los Ñetas ya se ha sentado a dialogar y ya cuentan con ayuda que les ofrecen capacitación laboral, creación de microempresas y lugares para pintar grafitos u oír música.

HECHOS

CONDENAS
Cuatro ecuatorianos de la banda de  los  Latin Kings fueron condenados el 16 de septiembre pasado a 8  años de cárcel por el intento de asesinato de un joven al que consideraban miembro de una banda rival.

VÍCTIMA
Un ecuatoriano de 17 años murió el 14 de septiembre pasado en Madrid tras recibir cinco cuchilladas durante una pelea entre jóvenes que al parecer integraban  alguna de esas bandas.

LATIN KINGS Y ÑETAS
La mayoría de sus miembros son varones, ecuatorianos en el 80% de los casos, pero también dominicanos, colombianos, peruanos e incluso algunos españoles, que se pelean por el control de sus “zonas de esparcimiento”. El 60% de los integrantes de esas dos bandas es menor de edad.