Durante el partido   entre Emelec y LDU (Q) jugado en el estadio Modelo, el juez de línea Güilber Gracia fue increpado en varias ocasiones por el técnico Jorge Habegger y la hinchada azul, por sus desatinadas decisiones para marcar los fuera de juego. En  dos ocasiones Gracia interrumpió el trabajo del delantero azul Gustavo Figueroa, quien estaba perfectamente habilitado.

Cuando terminó  el primer tiempo entre azules y albos, los jugadores Marcelo Elízaga (Emelec) y Luis Garcés (Liga) protagonizaron un partido aparte. Elízaga reclamó el juego brusco y mal intencionado que protagonizó Garcés, pero a este no le gustó el llamado de atención del golero eléctrico. La Policía Nacional tuvo que ingresar al campo del Modelo  para calmar los ánimos.

El gancho (dos personas por un boleto) que la directiva del Emelec ofreció a sus hinchas para las localidades de general fue un éxito. A pocos minutos de iniciado el compromiso cientos de seguidores pugnaban por ingresar al estadio Modelo, que contó con la asistencia de 18.000 espectadores. Al final, la fanaticada se quedó por varios minutos en sus asientos celebrando el triunfo. 

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El presidente  de la Comisión de Fútbol de Emelec, Juan Carlos Tarré, llegó puntual a la hora del compromiso que sostuvieron azules y albos. El directivo, quien observó el juego desde  el palco del estadio Modelo,  mostró preocupación durante el primer tiempo del partido.
Finalizada esa etapa, Tarré conversó en los camerinos con sus futbolistas y al final  festejó el sufrido triunfo   eléctrico.

Jaime Iván Kaviedes y el técnico de la selección ecuatoriana, Luis Fernando Suárez, observaron el encuentro entre Deportivo Quito y el Deportivo Cuenca en el estadio Olímpico Atahualpa. Suárez conversó con la prensa, mientras que Kaviedes no dio declaraciones a los medios. El estratega también estuvo en el partido  Aucas-Barcelona jugado en el estadio de Chillogallo.

Los jugadores  del Barcelona antes del compromiso frente al Aucas lanzaron balones a la general norte del estadio de Chillogallo, donde se encontraba la hinchada amarilla. El gesto de los futbolistas toreros fue agradecido por la numerosa fanaticada quiteña con varios aplausos.
Pero al final sus mismos seguidores se encargaron de pifiarlos por la derrota ante los indios.