La teoría del "diseño inteligente", según la cual Dios creó directamente a las especies, y el cuestionamiento a las leyes evolucionistas de Darwin por parte de cristianos conservadores en Estados Unidos es objeto de un proceso judicial cuyo desenlace podría determinar cómo se enseña la biología en los colegios estadounidenses.
El debate podría ser decisivo en una batalla político-religiosa que cobra impulso en el país, en la cual se multiplican las ofensivas de cristianos conservadores contra las leyes de Darwin y se relanza la guerra de la religión en la escuela.
Desde el lunes, el consejo de escuelas públicas de la pequeña ciudad de Dover, en Pensilvania (nordeste), comparece ante un tribunal federal de Harrisburg, capital administrativa del estado de Pensilvania, a consecuencia de una demanda de 11 padres.
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La polémica surgió por la decisión del consejo -órgano de ciudadanos elegidos por los habitantes de una región- de imponerles en enero a los alumnos de un instituto de enseñanza secundaria la lectura de una declaración que afirmaba la existencia de alternativas al darwinismo.
"La teoría de Darwin es una teoría, una teoría no es un hecho", opinaba el texto, que sugería a los estudiantes que se interesaran por el "diseño inteligente" como explicación alternativa al origen del universo.
El "diseño inteligente", defendido desde hace algunos años por organizaciones cristianas que le atribuyen legitimidad científica, considera que la vida es tan compleja que sólo puede venir de Dios.
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Para Eric Rothschild, abogado de los 11 padres, esta tesis no es más que "una variante del creacionismo", lectura literal de la génesis bíblica según la cual Dios creó el mundo, prohibida en la enseñanza pública por la Corte Suprema desde 1987.
Según los demandantes, respaldados por la Asociación de Defensa de las Libertades Civiles (ACLU), el consejo de escuelas públicas violó la separación constitucional entre la iglesia y el Estado.
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El origen de la vida
El "diseño inteligente" depende de una creencia religiosa y "de ninguna manera de la ciencia", dijo Rothschild el lunes ante el tribunal.
Para la defensa, en cambio, "es un asunto de libertad educativa y no de visión religiosa", aseguró ante el tribunal el abogado Patrick Gillen.
Los abogados del consejo escolar, proporcionados por una asociación de apoyo jurídico a los cristianos, prometen demostrar que "la teoría del diseño inteligente proviene de la ciencia, no de la religión".
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Stephen Harvey, abogado de los demandantes, estimó que el resultado del proceso judicial podría tener un impacto más allá de Dover, en un país dónde cerca de 20 Estados registran incidentes contra las leyes de Darwin, según el Centro Nacional para la Educación Científica, una organización californiana que vela por el respeto a la teoría de la evolución en la enseñanza.
El concepto de "diseño inteligente" recibió un apoyo inesperado en agosto, cuando el presidente George W. Bush consideró que debía enseñarse junto con la teoría de la evolución "para que la gente pueda comprender los términos del debate".
El proceso judicial será ante el juez John Jones III, nombrado en 2002 por el presidente Bush, y debería durar unas cinco semanas.
Además, los sondeos concluyen que la mayoría de los estadounidenses está convencida del papel de Dios en la creación de la especie humana.
Pero la comunidad científica no tiene ninguna duda sobre la validez de las leyes de Darwin, dijo Kenneth Miller, profesor de biología de la Universidad Brown y testigo de los padres demandantes, ante el tribunal: "Hasta donde yo sé, cada asociación científica que se expresó sobre el tema tomó posición contra el "diseño inteligente" y a favor de la teoría de la evolución".
La iniciativa del consejo de Dover es "la primera tentativa para distanciar a los estudiantes de la ciencia", lamentó el científico.
Miller sostuvo además que el darwinismo no es forzosamente sinónimo de ateísmo. "Soy una persona de fe, voy a la iglesia, y no veo dónde está el conflicto" con Darwin, dijo.