En este local, ubicado en la calle Federico Malo, junto al Parque de la Madre, además se instaló un micromercado para expender productos agrícolas orgánicos, carnes, embutidos, vinos y licores y artesanías.

El objetivo es  fortalecer la producción y apoyar en la gestión comercial a organizaciones y microempresas de pequeños productores y artesanos, con los que el FEPP se involucra hace 25 años en sectores afectados por la migración, según Pablo Leta, director de Comercialización.

El problema principal en las provincias de Cañar y Azuay es la falta de recursos económicos, por eso la gente encuentra en la emigración una forma alternativa de acceder a financiamientos para la producción, manifestó Leta.

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Pero para lograrlo deben prestar dinero a chulqueros, por lo que los ecuatorianos terminan endeudándose e hipotecando casas y terrenos.

Entonces es allí en donde los grupos sociales más afectados empiezan a buscar opciones de financiamiento y la organización encuentra apoyos como el del FEPP para evitar mayor pobreza, aseguró Leta.

Organizaciones como El Pan, Guachapala, Sevilla, Taday, Rivera, Güel y Tarqui son las que expondrán sus productos en la oficina de comercialización que desde hoy se abre al público cuencano.

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Según el director de Comercialización del FEPP, el sistema no pretende competir con otros proyectos presentados por organismos no gubernamentales que también reciben dinero del exterior con este fin, sino “complementarnos”.

Si esto se lograra sería posible la exportación masiva de los productos del Ecuador, que cuenta con un mercado convencional que exige grandes cantidades de producción y en forma permanente y otro alternativo, especialmente en Europa, donde existe la red de comercio justo, con tiendas y puntos de venta comprometidos con el desarrollo, que es el sector al que apuntarían proyectos como el de Camari.

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Felipe Chimbo, administrador de la Asociación de Agrónomos Indígenas del Cañar, quien se califica como “distribuidor de Camari no un proveedor, busca posicionar sus hortalizas limpias en la región, a fin de proyectarse nacional e internacionalmente.

La organización tiene una trayectoria de 20 años que agrupa a 15 socios, porque la idea es contar con comunidades que trabajen en la misma línea de producción, comercio solidario, limpio y orgánico.

Luis Villacís, productor del grupo Huertos Cuadruco, en la parroquia San Joaquín, a 6 kilómetros de Cuenca, considera que ellos se han vuelto un estorbo para los intermediarios, han roto esa cadena porque sus hortalizas van del “huerto al estante”.

Al tener productos ecológicos, mayor gasto de producción y beneficio social, “no les damos una carga de agroquímicos para que agricultores los carguen en su espalda”; nuestras hortalizas deberían ser más costosas que las químicas, pero se debe mantener un costo menor para tener mayor salida, indicó Villacís.

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Agregó la importancia del intermediario, que debe ser consciente para que su utilidad sea acorde con el costo de operación y no comprar una lechuga en 5 centavos y venderla con el 100% de recargo.

PRODUCTOS

Centros
Camari tendrá su matriz en Quito con siete centros de ventas en Ibarra, Latacunga, Riobamba,   Coca, Esmeraldas.

Calidad
En el 2001 la producción tiene la calificación ISO, certificación internacional a la calidad y pertenece  a la Red Latinoamericana de Comercialización comunitaria de la Federación Internacional de Comercio Justo.

Exportación
Algunos de los productos empezaron desde entonces a exportarse a Alemania, España, Italia, Japón.