Eran las 20h37 del sábado pasado en el Teatro Centro de Arte. A esa hora dos pantallas gigantes proyectaron un video que mostraba fotos de la familia de Jorge Luis del Hierro, el cantante guayaquileño que aquella noche inició su gira Prisionero 2005.

Y ese video también exhibió los inicios del artista, de 24 años; también, recortes de periódicos y presentaciones anteriores.

El video quizá duró un par de minutos y apenas finalizó su banda de apoyo (integrada por el baterista Christian Freire, el bajista Jorge Campoverde, el tecladista Josué Avecillas y los guitarristas D.H. y Javier Molina) interpretó una melodía que sirvió de introducción para el ingreso al escenario de Del Hierro. Y de inmediato apareció tras un telón blanco, que dejó ver su silueta, mientras empezaban a sonar los primeros acordes de la canción Chiquitita, que el disuelto cuarteto Abba, de Suecia, popularizó en la década del setenta, y ahora tiene la adaptación fresca de Del Hierro.

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Así empezó su concierto, que duró aproximadamente hora y media. El show se inició entre los gritos y aplausos de sus seguidores, su familia y amigos cercanos.

La segunda canción que interpretó Del Hierro, ex integrante del grupo Freedom, fue Prisionero, aquella que lo dio a conocer como solista y con la que se titula su gira.

Con el dominio escénico que ha adquirido, tras compartir el escenario con artistas internacionales como el chileno Alberto Plaza, el argentino Alejandro Lerner y el puertorriqueño Marc Anthony, Del Hierro interactuó con su público.

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Entre cada canción decía sentirse “entre panas”. Les agradecía  a todos por ser parte de su sueño.

Su espectáculo se basó en temas inéditos y algunas adaptaciones de otros artistas. De las suyas destacaron también Dime, ¿quién pierde más? y Tú me vas sanando, que empezó a promocionar.

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Eran más de las 21h30 y de repente, Del Hierro hizo una pausa. “No puedo continuar el concierto sin decir que nosotros los jóvenes tenemos mucho que hacer para poder cambiar la historia de nuestro país y no podemos olvidarnos de los niños que están allá afuera”. Con esa reflexión anunció la canción Voy dibujando, que interpretó el pasado 27 de agosto en la Plaza de Artes y Oficios con otros siete artistas locales para la campaña Niñoesperanza. Esta vez lo acompañaron cuatro niños vestidos de blanco, globos y papel picado de colores.

A las 22h00, Del Hierro sacó una bandera de Ecuador y repitió Prisionero con la que finalizó su concierto.