Los 400 potentados más ricos de Estados Unidos tienen una fortuna conjunta de $ 1,13 trillones, dijo la revista Forbes, que acaba de publicar su tradicional lista de los más pudientes del país.

Encabezando la lista por duodécimo año consecutivo está el jefe de Microsoft, Bill Gates, quien tomó ventaja sobre el gurú de los inversionistas, Warren Buffet.

La predominancia de la industria informática en esta lista es notoria.

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Paul Allen, cofundador de Microsoft, aparece en el tercer lugar, seguido de Michael Dell, empresario de la firma fabricante de computadores del mismo nombre, y Larry Ellison, cabeza del grupo Oracle, fabricante de software.

La familia Walton, dueña de la compañía de supermercados Wal-Mart, ocupa los siguientes cinco escaños.

Los requisitos de admisión para esta lista se hacen cada vez más complicados.

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El año pasado se requerían 750 millones de dólares; este año no se puede entrar con menos de $ 900 millones.

Y no hay muchos nombres nuevos en la lista este año. Sin embargo, la riqueza conjunta de estos 400 grandes ricos aumentó en $ 125 millones.

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Según Forbes, la estrategia de Bill Gates para aumentar su riqueza se puede resumir en “diversificar metódicamente, vendiendo 20 millones de acciones cada trimestre, y reinvirtiendo a través de la firma Cascade Investment”.

En este santoral de millonarios, pocos han subido tan rápido como Sergey Brin y Larry Page, fundadores del motor de búsqueda de internet Google, quienes emitieron acciones de su compañía en la bolsa por primera vez este año.

Tal estrategia los disparó a compartir el número 16 de la lista, gracias a que sus fortunas se duplicaron desde que Google cotiza en bolsa.

Pero como todo no es buenas noticias para los ricos y famosos, el empresario de Hollywood y cofundador del estudio Dreamworks, Jeffrey Katzenberg, vio reducida su fortuna y salió de la lista.

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También quedó eliminada este año Teresa Heinz Kerry, heredera del imperio de la salsa de tomate y esposa del ex candidato presidencial estadounidense John Kerry.

Otros le cedieron el puesto a los herederos, como es el caso de los fundadores de la cadena de ropa Gap, Donald y Doris Fischer.