El ex presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez acusó al mandatario venezolano, Hugo Chávez, de haber apoyado el "golpe de Estado" que lo sacó del poder, y dijo que así lo demuestra el apoyo de Caracas al gobierno de Alfredo Palacio, según dos entrevistas publicadas este domingo en Colombia.
Gutiérrez, quien aguarda la respuesta de Bogotá a un pedido de asilo, señaló al diario El Tiempo que en su país "se habló mucho sobre el posible apoyo al golpe" del pasado 20 de abril, y se mencionó "la posibilidad de que Chávez estuviera relacionado".
"Y esto se ha evidenciado con el posterior apoyo público al gobierno de facto de Palacio. Los manifestantes declararon que se percataron de la presencia de venezolanos que, con experiencia como activistas profesionales, dirigían las marchas contra mi gobierno", indicó.
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El ex mandatario añadió que, pese a esos indicios, "no podría dar una prueba concreta" del supuesto apoyo de Chávez a la revuelta social que terminó con su destitución.
También recordó que antes de su caída hubo denuncias de que el embajador de Venezuela en Quito había adoctrinado a indígenas ecuatorianos para que integraran un movimiento opositor al gobierno, ante lo cual la cancillería reprendió al diplomático.
"El embajador tomó nota y manifestó que ellos no estaban inmersos en lo que nosotros estábamos reclamando y se comprometió a ser mucho más cuidadoso en el futuro", comentó en la entrevista concedida antes de su viaje a Bogotá, adonde llegó el pasado jueves.
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En otra entrevista con el semanario bogotano El Espectador, también antes de su llegada a Bogotá, Gutiérrez acusó a Chávez de estar tras las críticas de Palacio al gobierno colombiano, que han enrarecido las relaciones entre Bogotá y Quito.
"Sí (está detrás). El apoyo de Chávez a Palacio despierta cierta sospecha. Desde el día del golpe de Estado hay injerencia extranjera en Ecuador. Este gobierno fue a pedirle ayuda a Chávez. En fin, es sospechoso", afirmó.
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Gutiérrez recordó que Chávez criticó en su momento una visita suya a Estados Unidos, y fustigó al gobernante venezolano por sus frecuentes reuniones en La Habana con el presidente de Cuba, Fidel Castro.
"Ir a La Habana no es sinónimo de progreso de los pueblos. Creo que a los hombres hay que medirlos por los resultados y no por el tiempo que se demoran en dar los discursos. Aquí lo importante son los resultados, la manera de hacer las cosas y conducir los destinos de un pueblo", precisó el ex jefe de Estado.